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martes, 23 de abril de 2013

Hígado graso hemorrágico. Otro indicador nutricional?


Por: Bernardo Mejía Arango.  M.V.Z.  M.Sc.
Foografías e imágenes:  Bernardo Mejía Arango.  M.V.Z.  M.Sc. Protegidas por derechos de autor. Cualquier
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Créditos: necropsias: Bernardo Mejía Arango, M.V.Z.  M.SC.; Luis Abel Buitrago M., M.V.Z;  Juan S. Alvear A., M.V.Z.


Imagen No. 1.  Pollos de engorde de 11 días de edad, de una granja  de 72.400 aves de las cuales se enviaron cinco  para diagnóstico por necropsia y exámenes complementarios. En el protocolo de remisión de muestras se reporta que 33.000 aves están enfermas, presentan postración, dejan de consumir alimento y mueren répidamente. El Médico Veterinario remitente menciona que en las necropsias practicadas en granja observó osteocondrosis, persistencia de saco vitelino  e  inflamación de sacos aéreos con aspecto espumoso. No reporta lesiones hepáticas. En las necropsias practicadas en el laboratorio de diagnóstico, se  observaron hemorragias subcapsulares hepáticas (Como las que se muestrasn en las fotografías del centro  y derecha) de  gran extensión; algunos hígados se observaron áreas con aspecto de cicatrización (Ver imagen No. 3).

Imagen No. 2   Las tres fotografías que componen la imagen corresponden a cortes practicados a uno de los hígados que se muestran en la imagen No. 1. En la fotografía de la izquierda (hematoxilina-Eosina, 10X), aunque no se aprecian detalles histológicos,  se puede ver, sobretodo hacia el centro y derecha, grandes áreas hemorrágicas  y de necrosis hepática. En la fotografía del centro (Hematoxilina-Eosina, 40X), se aprecian hepatocitos en el área periférica a un vaso sanguíneo (Centrolobulillar) los cuales  conservan su aspecto relativamente normal, mientras que los de la periferia se encuentran en estado de necrosis, se observan  hemorragias capilares. El la fotografía de la derecha (Hematoxilina-Eosina, 100X), se muestra un área donde los hepatocitos que conservan su aspecto histológico, tienen degeneración  de tipo vacuolar graso en su citoplasma (Vacuolas blancas).

Al comenzar la revisión sobe el tema de la deposición de grasa dentro del citoplasma de los hepatocitos y sus implicaciones, se encuentran tres  condiciones morfológicas:

·         Degeneración o infiltración grasa hepática, sobre  la cual se publicó un artículo en este mismo blog.
·         Síndrome de hígado graso hemorrágico o SHGH ó FLHS (Esta última sigla del Inglés).
·         Síndrome de riñón e hígado graso o FLKS (Sigla del Inglés).

De estos tres estados, el hígado graso es bastante frecuente en nuestro medio en todos los estado productivos: pollo de engorde, ponedoras y reproductoras adultas y en los levantes de las mismas.

La segunda, el hígado graso hemorrágico es de ocurrencia ocasional en nuestro medio o está pasando desapercibida. Los casos que presento en este artículo están referidos a esta condición la cual se  se conoce con este nombre desde 1972, desde luego que probablemente hubo casos antes de este año.


Imagen No. 3.  Se observa en la fotografía de la izquierda, el aspecto macroscópico de otro de los hígados de las aves que se presentan en la imagen No. 1, en la cual se pueden ver grandes áreas hemorrágicas subcapsulares. La fotografía de la derecha permite ver el aspecto "cicatrizal" de una lesión  que probablemente en su estadío inicial fué de tipo hemorrágico, histológicamente corresponden a tejido fibroso en el cual quedan muy pocos hepatocitos viables. Las lesiones degenerativas de tipo graso no fueron evidentes macroscópicamente, solo se observaron al  hacer la evaluación histopatológica de los  hígados.


La tercera condición, el síndrome de hígado y riñón graso (FLKS), o no la he visto quizá porque tenga una frecuencia muy baja, o simplemente en nuestro medio no se presenta. Dos de los casos que presento  en este artículo, de acuerdo con los hallazgos de necropsia parecerían corresponder a un caso de síndrome de hígado y riñón graso, pero  las imágenes de los cortes del riñón indicaron que no fue así, los riñones eran de aspecto histológico normal (Ver imágenes Nos. 5 y 11).

Es sorprendente encontrar revisiones sobre el tema como la del doctor Carlos Campadabal del Centro de Investigación en Nutrición Animal de la Universidad de Costa Rica, quien  afirma que el “Síndrome de hígado y riñón graso”, que se presenta principalmente en pollos de engorde, con mortalidades hasta de 20% y se presenta en animales de 3 a 5 semanas de edad, o la del doctor E.J. Buttler quien encontró cifras más altas.

El doctor E.J. Buttler presentó hace unos 33 años (1980) en la VI Conferencia de Avicultura Europea, una revisión muy completa hasta entonces sobre la problemática  síndrome de hígado graso hemorrágico en aves o SHGH o lo que eso mismo derivado del Inglés: FLHS. Para quienes quieran ver el artículo, pueden acceder al mismo mediante el siguiente enlace: 
http://ddd.uab.cat/pub/selavi/selavi_a1981m1v23n1/selavi_a1981m1v23n1p12.pdf

Una revisión muy completa y de mucha actualidad sobre el tema la hizo el doctor Carlos Campadabal del Centro de Investigación en Nutrición Animal de la Universidad de Costa Rica y la presentó en diciembre de 2011 ante la Asociación Venezolana de la Industria Animal:  “Factores nutricionales relacionados con el síndrome de hígado graso en gallinas de postura´”.

La degeneración grasa hepática o infiltración grasa hepática o esteatosis  acompaña al estado hemorrágico, en conjunto las dos lesiones son el hallazgo constante.

Los  primeros reportes refieren que  el síndrome de hígado graso hemorrágico se presentaba en ponedoras, especialmente si se críaban en confinamiento y con altas temperaturas. Con el transcurrir de los años, se fueron reportando  nuevos casos en otros estados productivos.

La revisión de Avian Histopatohology sobre el tema, compromete  aves de otros estados productivos: reproductoras de líneas de pollo de engorde y pavas ponedoras jóvenes. Se describen casos en aves ornamentales. En la revisión de C. Riddell para el libro Avian Pathology editado por B.W. Calnek, menciona que además de las aves de postura existe como un problema menos importante en aves en piso con cama y que los brotes se desarrollan de manera esporádica.

Personalmente creo que no hay un síntoma específico que indique que las aves están padeciendo de  SHGH, el descenso en la postura reportado en casos de campo no es un síntoma específico; en las revisiones  se describe un estado de irregular nerviosismo en las aves y que las crestas y barbillas están pálidas; este último síntoma es más diciente porque  está asociado a las hemorragias. En términos generales cuando se encuentran las aves muertas por esta causa, la palidez parece ser un hallazgo consistente.

El doctor Buttler en su revisión menciona que la mortalidad puede llegar al 5% pero  hasta el 50% de las aves pueden resultar afectadas con pequeñas hemorragias  hepáticas. Estas cifras son altas con relación a la experiencia del suscrito  y del equipo de trabajo; para nosotros son casos  ocasionales.

Las lesiones macroscópicas descritas por quienes han revisado el tema y las encontradas  a lo largo de muchos años examinando aves  a la necropsia y mediante evaluaciones histopatológicas  en el área de influencia del Valle del Cauca en Colombia, aunque no hemos  tenido muchos casos, consisten  en hemorragias subcapsulares  las cuales pueden tener diferentes extensiones,   la consistencia del hígado afectado es frágil (hígado friable), puede estar aumentado de tamaño. Ocasionalmente las hemorragias no son subcapsulares y se descubren en la necropsia; en el caso de la siguiente foto, se detectó que tenía hemorragias en el parénquima cuando ya los cortes estaban fijados en solución de formaldehido al 10%. L imagen microscópica reveló que además delas hemorragias, tenía cambios grasos severos en el citoplasma de hepatocitos.


Imagen No. 4  Síndrome de hígado graso hemorrágico. Las imágenes  corresponden a pollos de engorde de 10 días de edad, de una granja de 34.700 aves. Varias aves de esta granja fueron remitidas al  laboratorio de diagnóstico para examen de necropsia y complementarios, porque de acuerdo con el Médico Veterinario remitente, se presentó en un lapso de 24 horas un aumento en la mortalidad que alcanzó 18%; clínicamente las aves se observaron deprimidas y posteriormente morían. En las necropsias realizadas en el laboratorio de diagnóstico no se detectaron lesiones macroscópicas externas que indicaran hemorragias. Los cortes de hígado tomadas para la evaluación histopatológica presentaron una imagen "marmórea" (Fotografía de la izquierda), la cual vista al microscopio en cortes cololoreados con Hematoxilina-Eosina, permitieron ver las lesiones hemorrágicas y el estado degenerativo citoplasmático de tipo vacuolar graso como el que se observa en la fotografía  de la derecha (100X).


Quienes han revisado el tema describen  grandes cantidades de grasa en la cavidad toracoabdominal, hallazgo que no necesariamente  coincide con hígados grasos y hemorrágicos; el contenido de grasa de las aves afectadas es mucho más alto que el de las aves no afectadas, debidas principalmente al contenido de triglicéridos, según los expertos en el tema.

Se describen riñones pálidos y aumentados de tamaño, estado macroscópico que debe necesariamente ser confrontado con las evaluaciones histopatológicas debido a que puede corresponder a cambios de tipo graso (Degeneración o infiltración grasa renal), en cuyo caso el estado  patológico  correspondería al síndrome de riñón e hígado graso. Uno de los casos presentados en este  artículo tiene las características de unos riñones  grandes y pálidos, pero de aspecto histológico normal.


Imagen No. 5  En las  aves que se presentan en las imágenes Nos. 1 y 3, se observaron macroscópicamente riñones ligeramente aumentados de tamaño y de coloración un poco pálida. Histológicamente (Fotografía de la derecha, hematoxilina-Eosina, 40X), no se observaron lesiones. Es común que en las historias remitidas y que acompañan a las aves enviadas para necropsia se reporte el aspecto de estos riñones como "nefritis" sin que histológicamente correspondan a un estado inflamatorio.

Dentro de la granja donde se detectan aves con la afección francamente manifiesta de hígado graso hemorrágico, hay un grupo de aves con lesiones de menos intensidad, con  pequeñas hemorragias subcapsulares (Con base en esto, la incidencia puede ser más alta que la cifra que se mencionó de 5%;  de acuerdo con el doctor Butler, puede llegar a 50%). Es  bueno acostumbrarse a procesar siempre los hígados en las evaluaciones histopatológicas;  podrían estar pasando desapercibidos algunos casos de hígado graso o de hígado graso hemorrágico (Uno de los casos reportados tiene estas características). En lo personal, siempre incluyo muestras de hígado para las evaluaciones histopatológicas, independientemente del estado productivo y de la patología de que se trate el caso.

Lesiones descritas en las revisiones y personalmente observadas en los casos de hígado graso hemorrágico: hemorragias capilares, coágulos sanguíneos organizados, zonas de necrosis y de fibrosis. De hecho los hepatocitos contienen vacuolas grasas en su citoplasma con desorganización de la estructura de las mismas, puede haber ruptura de dichas células.

                                   
Imagen No. 6 Pollas de levante de 15 semanas de edad, de una granja con 19.000 aves. Cinco aves fueron enviadas para examen de necropsia y complementarios por presentan sintomatología respiratoria, de acuerdo con lo que reporta el Médico Veterinario de la granja: "ruido  respiratorio, dificultad respiratoria". Clínicamente, las aves que se enviaron para examen de necropsia estaban bien; no  observamos lo descrito en la historia.
Imagen No. 7  Las fotografías corresponden a  una de las aves que se muestran en la imagen No. 6.  Tres de las aves examinadas tenían hígados con este aspecto. No obstante que no se observó que las aves clínicamente estuvieran decaídas o mostraran algún síntoma, al observar los hígados en el proceso de necrospia, se observaron grandes áreas pálidas irregulres las cuales coalescen para formar áreas pálidas de mayor tamaño, las que se intercalan con áreas  de color oscuro; el aspecto se describe como "marmóreo" por aproximarse al aspecto del mármol. Realmente sorprende ver como las aves con este tipo de daño macroscópico (Y desde luego microscópico), estuvieran  normales en su comportamiento ("Clínicamente" normales).
Las alteraciones funcionales hepáticas en los casos de SHGH no se conocían en 1980, al menos no se reporta en la revisión del doctor Buttler, para la época se sabía que había alteración de los ácidos grasos presentes en los lípidos,  aumenta en estos casos considerablemente la proporción de ácido oleico.

La muerte del ave en casos extremos, es causada por hemorragia masiva del hígado por ruptura de la cápsula; de hecho el mal funcionamiento hepático debe contribuir a la muerte.  Es probable que si las aves sobreviven, el conjunto de lesiones conduce finalmente a cirrosis hepática. Uno de los casos que muestro en este artículo (Imágenes Nos. 7 y 8), fue detectado cuando el hígado tenía grandes áreas de cirrosis (necrosis-fibrosis) intercaladas con lesiones hemorrágicas y de tipo vacuolar graso.


Imagen No. 8.  Las fotografías  corresponden al aspecto macroscópico del hígado de  otra de las aves  que se muestran en las fotografías de la imagen No. 6

Imagen No. 9 Las tres fotografías en secuencia (Hematoxilina-Eosina, 10X, 40X y 100X respectivamente) muestran las lesiones  histológicas  del hígado que se observa en la imagen No. 8:  áreas hemorrágicas intercaladas con con áreas donde los hepatocitos ya no se aprecian como tales; las áreas afectadas (centro  y derecha) adquieren un aspecto fibroso en el cual algunos hepatocitos persisten pero con su citoplasma en un estado degenerativo graso avanzado. Es difícil entender como el ave  a la cual pertenecen estos tejidos, estaba viva  y relativamente "normal"  en el momento de ser sacrificada para la evaluación por necropsia.

Aunque La patogénesis y causa de las hemorragias no se han definido, según la revisión del doctor Butler, hasta 1980 se tenían las siguientes como causas del síndrome de hígado graso hemorrágico; muchas de estas causas sigue siendo válidas en la actualidad. En términos generales se pueden citar las siguientes:
  • El exceso de carbohidratos en la dieta, bien sea por la formulación del alimento aunque este siempre está relacionado con los requerimientos energéticos y las condiciones de temperatura ambiental. Independientemente de la composición del alimento, las fluctuaciones diarias de temperatura en los galpones o casetas causadas por efecto estacional, estimulan a sobreconsumos de alimento que pueden conducir a estos problemas. Ciertas formas de presentación del alimento pueden generar un consumo excesivo cuando se suministran para el consumo a voluntad.
  • La fuente de carbohidratos se ha reportado que tiene una influencia sobre la aparición del síndrome. Las dietas a base de maíz se han relacionado con el FLHS, los cereales difieren en su potencial lipogénico y siendo a este respecto mayor el maíz que el trigo y éste que la cebada. 
  • Posibilidad de que una dieta sea deficitaria en uno o más principios nutritivos: una asociación de agentes lipotrópicos: colina, inositol y vitaminas E y B. Aunque el éxito de tratamientos con estos productos no había podido ser demostrado hasta 1980 cuando el doctor Buttler hizo su revisión sobre el tema. Hoy en día  se sabe y se ha demostrado que deficiencias en aminoácidos conducen a una síntesis inadecuada (Deficiente) de lipoproteínas; esto a su vez trae como consecuencia un impedimento en el transporte de lípidos. Estos factores necesarios para prevenir  la presentación del problema se denominan lipotrópicos. Desde luego no soy experto en nutrición pero quienes manejan el tema recomiendan premezclas con sulfato de cobre, colina, vitamina B12 y metionina en determinadas cantidades que no viene al caso mencionar.
Imagen No. 10 Distensión de las criptas intestinales  observada en diferentes grados en las aves  que se estan en la imagen No. 1:  pollo de engorde de 11 días de edad, en los cuales se presentaron microscópicamente lesiones de hígado graso hemorrágico (Imagen No. 2). En la revisión del doctor M.A. Godwin para las lesiones del tracto alimentario presentadas en el  libro Avian Histopathology", describe una distención críptica de las criptas en los casos deficitarios de riboflavina, tiamina, ácido pantoténico y/o niacina. La coincidencia de estas lesiones podrían soportar los planteamientos de que las lesiones de hígado graso hemorrágico  son de tipo deficitario. de esta manera es conveniente evaluar secciones de intestino en los casos en los cuales se sospeche hígado graso hemorrágico.

  • L-cistina ha sido reportada como importante en la protección contra la formación de hígados grasos como estadio predisponente a las hemorragias.
  • Parece extraño que el calcio esté involucrado en el problema, pero en las revisiones se encuentra que bajas cantidades de calcio en las raciones pueden aumentar el consumo del alimento, lo que conduce a lipidosis hepática y de pronto a hemorragias hepáticas. Las gallinas de postura, sin embargo, pueden tener elevadas cantidades de grasa en el hígado, sin hemorragias. En general el hígado graso es  muy frecuente en nuestro medio. Al encontrar este dato de los niveles de calcio bajos, el alto consumo y el hígado graso, nuestro equipo de trabajo comenzó a evaluar los hígados permanentemente y correlacionar su frecuencia con algunas osteodisplasias en las cuales están comprometidos los niveles de calcio en la dieta.
  •  El papel de los antioxidantes y la integridad de las membranas celulares tanto de los hepatocitos como de las células de las paredes  vasculares igualmente entran a ser considerados como parte del problema en cuanto a la génesis de las hemorragias. El doctor Buttler propone una deficiencia de selenio y/o vitamina E  y un factor no identificado presente en ciertos ingredientes como las levaduras, las harinas de pescado y los subproductos de fermentación. El papel del selenio, la vitamina E y la glutatión peroxidasa han sido bien definidos desde hace más de tres décadas. Se sabe que juegan  un papel importante en la protección de la integridad de las membranas celulares, tanto la membrana externa como las membranas de las organelas, contra los lipoperóxidos tóxicos y de la peroxidación excesiva de los lípidos provenientes de  los ácidos grasos insaturados en la dieta. Desde este punto de vista, los antioxidantes podrían jugar un papel importante en la dieta, entre ellos la vitamina E.
  • Desde luego el selenio resulta indirectamente comprometido: se sabe el papel antioxidante del selenio y que hay glutatión-peroxidasa, compuesto que captura radicales libres, dependiente de selenio.
  • Una dieta baja en proteína. Dietas bajas en proteína en relación con la energía promueven la acumulación excesiva de grasa.
  • Contenido y calidad de las grasas de la dieta. En general, la incidencia del síndrome aumenta cuando se adiciona grasa en la dieta, como consecuencia de in incremento en el nivel energético de la dieta. Parece contradictorio, peros la adición de grasa puede ayudar a disminuir el problema, cuando esta grasa sustituye carbohidratos. Al proporcionar la grasa, lo que el hígado hace es reorganizar el perfil de ácidos grasos entre la grasa y no sintetizar una grasa nueva.
  • En la revisión de F.J. Hoerr (la edición del libro Avian Histopathology en 1996), involucra a las aflatoxinas como posibles agentes etiológicos. La posibilidad de que las toxinas sean causantes del SHGH no se debe ignorar.
  • Los estrógenos has sido involucrados en la lista de agentes implicados en la génesis de hígados grasos: cómo funciona? las ponedoras suben el nivel de lípidos hepáticos como parte del proceso para la síntesis de la yema, a su vez regulado por el nivel de estrógenos. El contenido de lípidos en el hígado de un ave en postura es producto de las necesidades para la síntesis de la yema y este proceso está influenciado por el nivel de estrógenos. Como parte de un proceso fisiológico que es, hasta allí no existe problema. Pero sabemos que  las micotoxinas con actividad  estrogénica como la zearalenona son frecuentes en los granos, principalmente el maíz.  Si se combinan alta energía con la acción de estrógenos, la probabilidad de desarrollar SHGH es alta.
  • En la revisión del doctor Campadabal se encuentra este dato: en un informe presentado por Euribrid (1989) establece que aunque se ha sugerido que existe una influencia genética y que ciertas líneas son más susceptibles que otras, esto no ha sido bien probado. Sin embargo, se ha encontrado que aquellas aves con un alto potencial para la producción de huevos, son fisiológicamente más susceptibles a la presencia del síndrome. Una alta intensidad de postura está relacionada a una alta actividad estrogénica. Esta hormona tiene un efecto estimulativo en la manufactura de grasa en el hígado.
  • La observación de elevaciones de calcio sérico y colesterol en pollos de parvadas con este síndrome, sugiere que puede deberse a un desequilibrio hormonal.
Imagen No. 11 Síndrome de hígado graso hemorrágico. Detalles histopatológicos del hígado afectado por cambios de tipo graso y hemorragias que se muestra en la imagen No. 8

La revisión de F.J. Hoerr para el libro Avian Histopathology dice  que se  ha supuesto pero no se ha demostrado que las hemorragias son secundarias a  la degeneración grasa hepática. Los hígados grasos ocurren en ponedoras sin que haya hemorragias. De  forma conversa,  pueden ocurrir hemorragias masivas en el hígado sin que haya excesiva infiltración grasa de los hepatocitos.


Personalmente creo que debe haber un factor adicional al hecho de que haya deposición de grasas  en forma de vacuolas dentro de los hepatocitos, para que se produzcan las hemorragias: un alto porcentaje de los cortes de hígado en las evaluaciones histopatológicas  presentan cambios intracitoplasmáticos de tipo graso; en cambio es escaso en número de lesiones hemorrágicas en los casos  de hígado graso evaluados.


Estamos familiarizados con las lesiones histopatológicas en los casos de hígado graso, que son las mismas en los casos en que hay lesiones hemorrágicas acompañando al estado degenerativo vacuolar  de tipo graso,  las cuales provocan alteraciones en la disposición histológica normal del hígado; las vacuolas varían en tamaño, habiendo casos en  que una gran vacuola grasa ocupa todo el citoplasma marginando el núcleo del hepatocito hacia la periferia, daño la imagen de un anillo;  algunos patólogos las llaman “células en anillo” por esta razón.


El exceso de grasa puede alterar la arquitectura del hígado y resultar en debilitamiento de la estructura reticular y vasos sanguíneos en el hígado; se sugiere una relación patogénica entre la esteaosis hepática y las hemorragias.

Cuando hay compromiso hemorrágico en los hígados grasos, pueden verse áreas necróticas. El doctor F.J. Hoerr afirma que no se sabe si la necrosis es anterior o posterior a la hemorragia.



Imagen No. 11  Encontrar  riñones que macroscópicamente  esten  ligeramente aumentados de tamaño y pálidos, no equivale a que tengan  cambios inflamatorios ni degenerativos. El lóbulo renal que se aprecia en la imagen de la izquierda,  corresponde a una de las aves que se muestran en la imagen No. 6.  No obstante el aspecto macroscópico, no se encontraron lesiones histopatológicas. De hecho el aspecto macroscópico amerita una evaluación histopatológica; con frecuencia  se informan "nefritis" cuando se hacen necropsias en las granjas y se encuentran riñones con este aspecto.

La frecuencia de los casos de hígado grasos es muy alta  tanto en pollo de engorde como en ponedoras, reproductoras y sus  etapas de levante; pero la frecuencia de casos en que los hígados grasos van acompañados de  hemorragias es baja al menos en el área de influencia del grupo de  trabajo al cual pertenezco; quizá por eso no  he podido apreciar estructuras que describe el doctor Hoerr en su revisión:  focos  irregulares o redondeados o irregulares de material eosinofílico amorfo como  si fuera amiloide,  que probablemente corresponden a derivados de proteínas plasmáticas.

La mortalidad, por lo general, no llega a 5 %, cifra que considero un poco alta de acuerdo con la casuística  de revisión por necropsia de aves enfermas en el área de influencia donde trabajo.

En las ponedoras con la afección, las aves muertas pueden tener grandes coágulos de sangre en el abdomen, que muchas veces envuelven de manera parcial al hígado y sobresalen de él. En estos casos es altamente probable que el hígado esté aumentado de tamaño, pálido y friable, y puede tener pequeños hematomas en el parénquima. Estos hematomas pueden ser recientes y rojos oscuros o más viejos, de verdes a cafés. Hematomas similares se pueden observar en aves clínicamente sanas en la misma parvada, si se examinan durante o después del brote. Grandes cantidades de grasa se hallan en la cavidad abdominal y alrededor de las vísceras. Las aves muertas están en producción total y, a menudo, tienen un huevo en desarrollo en el oviducto.

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