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jueves, 5 de diciembre de 2013

Síndrome de cuello torcido. Presentación de un caso.

Por: Bernardo Mejía Arango, M.V.Z.  M.Sc.
Fotografías e imágenes: Bernardo Mejía Arango, M.V.Z.  M.Sc. Protegidas por derechos de autor.
                                       Su uso uso o reproducción requiere autorización previa.
Créditos: Necropsias: Bernardo Mejía Arango, M.V.Z.   M.Sc.; Luis Buitrago M.; M.V.Z.; Juan
                                   Alvear, A., M.V.Z.

Los casos de "cuello torcido" en aves comerciales, afortunadamente no son frecuentes.  Pero cuando se reciben para diagnóstico aves que presentan este problema, lo primero que uno piensa es que puede haber compromiso  genético de conformación de cartílago y/o hueso.

Son varias las consultas  que se encuentran en internet en los diferentes sitios donde se manejan temas de patología aviar.


Imagen No. 1.  Pollitas de engorde de 7 día de edad. Las aves (5)  fueron remitidas  para examen de necropsia y pruebas complementarias por presentar desde el cuarto día de edad, torsión del cuello y postración, de acuerdo con lo que reporta el Médico Veterinario remitente en el protocolo de envío de muestras. La granja de donde provienen estas pollitas tiene  63.059 aves en el momento de presentarse el síntoma de cuello torcido. En el momento de tomar las aves para remisión al Laboratorio de diagnóstico, habían muerto 1.000; se había suministrado ciprofloxacina al 25%, aunque no dice por cuanto tiempo ni en qué dosis.

Pero no hay muchas aproximaciones a una causa diferente de  una malformación. De acuerdo con la revisión hecha por el doctor C. Riddell para el libro Enfermedades de las Aves, en el capítulo de los trastornos del desarrollo, metabólicos y otros, específicamente en las enfermedades óseas, le dedica un párrafo  al problema de cuello torcido, el cual había sido reportado en  1968 en pavos pero relacionándolo con una osteodistrofia.

El mismo Dr. Riddell, en el capítulo dedicado al sistema esquelético del Libro Avian Histopathology incluye los cuellos torcidos dentro de las anormalidades de la columna vertebral. Cuando fui a revisar la literatura, encontré un trabajo publicado por C.J. Cardona y A.A. Bickford en la revista Avian Diseaes, Vol. 37 No. 1 (Enero-Marzo.,  1993), páginas 240 a 243


Imagen No. 2. Se muestra la columna cervical de dos pollos de una semana de edad. En condiciones normales la columna cervical presenta una curvatura suave un poco antes de su ingreso a la porción ósea del toracoabdomen. La severidad del caso expuesto se aprecia cuando se comparan estas dos columnas cervicales con las de la imagen siguiente (Imagen 3), correspondientes a las columnas cervicales (Cuellos) expuestos de cuatro de las aves remitidas para examen de necropsia y complementarios.

Los doctores Cardona y Bickford estudiaron un caso de cuello torcido en  dos pavos de cinco semanas de edad. Mediante análisis serológicos, cultivos microbiológicos e histopatología; llegaron a la conclusión de que había compromiso infeccioso con Mycoplasma  meleagridis en los casos de cuello torcido de los pavos estudiados por  ellos. Por histopatología encontraron  inflamaciones  en cartílago de las vértebras cervicales.

Imagen No. 3. Se muestran los cuellos de cuatro de las aves correspondientes a la imagen No. 1

El doctor C. Riddell menciona en la sección de cuello torcido del capítulo de trastornos del desarrollo, metabólicos y otros de la Patología  de Calneck,   que los signos clínicos de los casos de cuello  torcido estudiados por Moorhead y Mohamed en 1968 y publicados en la revista Avian Diseaes (12:476-482) de 1968, tienen parecido con el síndrome de cuello torcido en aves Leghorn atribuibles a un  gen recesivo. Hasta ahora es la única referencia que he encontrado en la que se menciona la posibilidad  de que los casos de cuello torcido tengan origen genético.

Imagen No. 4.  Cinco columnas cervicales expuestas, de las aves de la  imagen No. 1, para comparar los diferentes niveles de curvatura de las mismas.

El doctor A.F. Pourlis tiene una revisión acerca de malformaciones del desarrollo en aves y manifestaciones de etiología desconocida, pero no hace relación a los casos de cuello torcido.http://scialert.net/fulltext/?doi=ajava.2011.401.415&org=10

Imagen No. 5.  Se observan dos cortes transversales de  columna cervical (Vértebra) de un pollo normal (Hematoxilina-Eosina 10X y 40X respectivamente), de siete días de edad. Se observa un espacio ocupado por las meninges, entre el hueso y la medula espinal; la porción blanca es un artefacto o el efecto de retracción de los tejido en el proceso de preparación y corte de la muestra; en condiciones naturales este espacio no existe.

Durante la Conferencia de Carne de Pollo en el Reino Unido en 2012, se abordaron los problemas de salud aviar que recientemente han  afectado a las parvadas de pollos; en relación con el tema, Nuria Martínez Herráez, editora de El Sitio Avícola en internet, tiene un artículo denominado: "Nuevas patologías en parvadas de pollos".

Philip Hammond, de la Empresa de Servicios de Diagnóstico y Consultoría Avícola Crowshall Veterinary Services, ofreció una actualización sobre las últimas novedades y avances en la investigación de ciertas enfermedades aviares. Según Hammond, se ha observado un aumento en el diagnóstico de casos de septicemia por Enterococcus en pollos de engorde durante los últimos seis meses en varias compañías avícolas.

Los síntomas en las aves afectadas por cuello torcido incluyen, según Hammond,: 1) Cuellos torcidos (Tortícolis) entre los  3 y los 12 días de edad, con aumento de la mortalidad hasta un 4% 2) Cinco días más tarde: endocarditis 3) 20 días mas tarde: absceso espinal.


Imagen No. 6.  Las fotografías en secuencia, muestran el espacio entre el hueso y la medula espinal, ocupado por células inflamatorias en las meninges, tanto células inflamatorias mononucleares como polimorfonucleares dispuestas en dos patrones histológicos: uno purulento y el otro no purulento  con hiperplasia del tejido linfoide (Se resalta en la imagen No. 7) (Hematoxilina-Eosina, 4X, 10X y 40X respectivamente).

Sobre el absceso espinal se publicó un artículo en este mismo blog (17 de mayo de 2012: "Osteomielitis vertebral esporádica o simplemente espondilitis: Enterococus cecorum") Hay una revisión muy buena sobre el abscesos espinales  pollos de engorde hecha por el doctor Eric Gingerich de la Universidad de Pensilvania, estados Unidos. El doctor Gingerich, aunque afirma que hay más preguntas  que respuestas en cuanto a los abscesos vertebrales en pollos de engorde, que esta es una enfermedad emergente que causa entre el 2% y el 4% de cojeras en las parvadas.

Este tema lo presentó el Dr. Eric Gingerich, Veterinario y profesor adjunto del Laboratorio de Medicina y Patología Aviares de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad  de Pensilvania, Estados Unidos, en la Reunión Nacional de Salud y Procesamiento Avícolas de 2009. Los coautores son la doctora Shelley Rankin (Universidad de Pensilvania),el doctor John Barnes (De la Universidad del estado de Carolina del Norte), el doctor Robert Owen (De Alpharma Inc.) y la doctora Sherril Davidson  (De la Universidad de Pensilvania)

http://wattagnet.net/Abscesos_medulares_afectan_a_parvadas_estadounidenses_de_pollo_de_engorda.html

El microorganismo causante de esta enfermedad, de acuerdo con el doctor Hammond, parece ser el Enterococcus cecorum, una bacteria Gram positiva, habitante normal del tracto gastrointestinal. Pero Enterococcus  es señalada como causante de septicemia y sinovitis en pollos de engorde. La bacteria es sensible a la penicilina y a la gentamicina.

Se desconoce la fuente de la infección. Se cree que los huevos incubables de reproductoras pueden ser una posible fuente. Una búsqueda de la bacteria mediante frotis  en bandejas de pollitos al nacer resultó en aislamiento de  Enterococcus cecorum en una de seis fuentes de reproductoras analizadas. Teóricamente, los cascarones o las membranas de huevos al eclosionar contaminados con Enterococcus cecorum podrían contaminar todo el gabinete de la nacedora. Otra teoría es que el Enterococcus cecorum entra a la sangre desde el intestino. En niños, los abscesos de las vértebras son secuelas comunes de infecciones umbilicales (diseminación hematógena de la onfaloflebitis). Los estudios histológicos de los ciegos de las aves afectadas muestran pruebas de una cepa de adhesión y borrado de E. coli que teóricamente deja que la bacteria Enterococcus cecorum entre a la sangre. 


Cualquiera que sea la fuente de la infección, una vez que la Enterococcus cecorum entra a la sangre, invade el cuerpo de las últimas vértebras dorsales, lo que resulta en necrosis e inflamación del cuerpo vertebral. La inflamación resultante causa compresión de la médula espinal o fracturas espontáneas del cuerpo vertebral.

Imagen No. 7 Las dos primeras fotografías (Izquierda y centro) corresponden a la misma secuencia de la imagen No. 3. La tercera fotografía (Derecha) corresponde a un área de respuesta inflamatoria compuesta por células mononucleares, muchas de ellas dispuestas en acúmulos a manera de nódulos linfoides.(Hematoxilina-Eosina, 4X, 10X y 40X respectivamente).

Una vez que se estableció que las aves que se muestran en la imagen No. 1 tenían "cuello torcido", quisimos saber si había alguna lesión que se pudiera visualizar mediante el examen de los órganos y tejidos involucrados en el problema, independientemente si se tratase de una infección  con bacterias o Mycoplasma, e igualmente independiente de la vía de  entradas del agente en la lesión que se visualizó en los cortes  transversales de vértebras de la región donde era evidente la  torsión, debido al ángulo que tenían  estas en la  zona afectada (Ver imágenes 2, 3, 4).

El examen de los cortes histológicos de las vértebras de la columna de los pollos afectados, tomados en el área de torsión  columnar, reveló que  había un proceso inflamatorio en las meninges, el cuál tenía dos características: 1) Una proceso inflamatorio en el que había predomino de piocitos y células muertas (material purulento). 2)En dirección hacia el hueso, la respuesta inflamatoria observada varía gradualmente hacia una respuesta de tipo linfohistiocitario, con acúmulos de células linfoides a madera de nódulos o de centros germinales.

Como existía la posibilidad de que una infección hubiese llegado a las vértebras cervicales mediante vacunas que se administran al pollo vía subcutánea al día de nacimiento, se investigaron las vacunas administradas y la vía de entrada en el organismo de los pollos: no hubo vacunas vía subcutánea. Las vacunas  que recibieron los pollos fueron: 1) Al día 18 de incubación (In ovo) se suministró la Vacuna contra Marek y contra enfermedad de Gumboro 2) Al día 7 se suministró vacuna contra la enfermedad de Gumboro vía oral 3) Al día 7 se suministró la vacuna contra la enfermedad de Newcastle (Cepas Lasota + B1) por aspersión. De esta manera se descarte el ingreso de una infección con una vacuna. Al descartar la administración de vacunas como posible fuente de infección, creo que la entrada y ubicación de la infección a nivel cervical, fue la vía hematógena.

No se realizaron cultivos microbiológicos del área afectada en las vértebras cervicales debido a que macroscópicamente no había evidencia del estado inflamatorio. El tipo de respuesta inflamatoria indica que es una infección de etiología bacterial (No definible etiológicamente por histopatología); no se descarta una infección con Mycoplasma spp., los acúmulos de células linfoides a manera de nódulos o folículos  en un proceso inflamatorio, pueden ser provocados por Mycoplasma, aunque este concepto no es concluyente.

CUÁL ES SU CONCEPTO?

martes, 5 de noviembre de 2013

Síntomas nerviosos en aves: encefalitis y otitis bacterial como responsables. Parte II

Por: Bernardo Mejía Arango.  M.V.Z.  M.Sc.
Fotografías de imágenes:  Bernardo Mejía Arango, M.V.Z.  M.Sc. Protegidas por derechos de autor. Su
                                           uso o reproducción requiere autorización previa.
Créditos: Necrospias: Bernardo Mejía Arango,  M.V.Z.  M.Sc.;  Luis Buitrago M., M.V.Z.; Juan S.
                Alvear A.,  M.V.Z.
Cultivos microbiológicos: Mayra Alejandra Chaparro G., Bacterióloga; Gloria Inés Sánchez L.,
                                           Bacterióloga;  Luisa Catalina Hurtado G., Bacterióloga.

Retomo el tema de los síntomas nerviosos en aves comerciales, relacionados con infecciones bacteriales de los huesos del cráneo, cuya parte I se presentó en el artículo anterior (De esta manera continuamos con el caso No. 8);  la parte introductoria del trabajo se resume así:

De la casuística de aves llegadas al Laboratorio de Diagnóstico donde trabajo (Donde se procesan alrededor de 450 necropsias anuales), se analizaron 15 casos de síntomas nerviosos en aves comerciales entre julio  de 2008 y septiembre de 2013, de diferentes estados productivos: 10 de los 15 casos corresponden a pollos de engorde, 3 de ellos a ponedoras comerciales y 2 casos a reproductoras. De los 15 casos, uno corresponde a encefalitis de etiología micótica el cual se expondrá en un artículo independiente. Los 14 restantes por lo extenso del tema, se presentaran en dos entregas: parte I y parte II

Premisa: es importante en el proceso de necropsia de aves con "cabeza hinchada" y/o con síntomas nerviosos, revisar  los huesos del cráneo. Con frecuencia en estos casos se observa en   los huesos craneales inflamación con presencia de exudado de color amarillo; las evaluaciones histopatológicas del hueso de cráneo en estos casos, nos indican que  un muy alto porcentaje de las aves afectadas tienen inflamación ósea de  tipo purulento o crónico granulomatoso. Estas inflamaciones pueden finalmente conducir a la presentación de síntomas nerviosos y de movimientos de cabeza (Y a veces del cuello) que semejan síntomas nerviosos y que son reportados como tales en las historias que acompañan a los casos  examinados en el laboratorio.

Imagen No 1 Caso No. 8 reproductor de 51 semanas de edad procedente de una granja con 19.000 aves de las cuales enfermaron 300 y murieron 40. El Médico Veterinario encargado de la granja envió dos aves para necropsia y exámenes complementarios; describe los siguientes síntomas: "se aprecia congestión de oído, se observa material caseoso en oídos llevando a una inflamación, en algunos casos se observa cabeza hinchada". No describe tratamientos realizados. La historia no lo describe, pero las aves remitidas  presentaban movimientos  pendulares leves de la cabeza.

La secuencia de  fotografías muestra la otitis media e interna con presencia de un tapón de material caseoso en el fondo del canal auditivo. Se aisló Escherichia coli.

Imagen No. 2  Caso No. 9  Gallina de 70 semanas de edad. La granja de donde proviene la muestra (5 gallinas) tiene  252.000 aves divididas en diferentes lotes por edades. El lote de donde provienen las aves remitidas tiene 52.000 aves y en el protocolo o formato  de envío de muestras al  laboratorio de diagnóstico  no menciona cuantas aves hay enfermas como la que se observa en la fotografía. 

Las cinco aves remitidas presentaron  opistótonos con posición de sentadas sobre la articulación del tarso (Fotografía de la izquierda), movimientos incoordinados de alas ("Aleteo"), caída lateral y movimientos de "pedaleo" de las extremidades pélvicas. Se reporta un tratamiento con florfenicol en el agua de bebida durante cinco días. Se reportan 120 aves muertas hasta el día de remisión de muestras al laboratorio.

En la evaluación histopatológica del sistema nervioso central no se observaron lesiones en los cinco juegos de tejidos (Cerebro-cerebro-medula) evaluados.

En las cinco aves se presentó inflamación purulenta de los huesos que rodean el canal auditivo (Fotografía de la derecha). Se aisló Escherichia coli.

Imagen No. 3  Caso 10. El pollo de engorde que se observa en la fotografía de la izquierda, tiene 24 días de edad y viene remitido junto con 4 pollos más, de una granja que tiene 32.640 aves. Las aves fueron enviadas al laboratorio de diagnóstico con un protocolo de envío de muestras el cual informa lo siguiente: "Camas húmedas, distensión del buche". En el protocolo no informa nada acerca de síntomas nerviosos. De las cinco aves, la que aparece en la fotografía tenía posición decúbito lateral  con movimientos tónico-clónicos de las extremidades pélvicas, incoordinación de los movimientos de las alas y movimientos incoordinados  laterales de la cabeza.

Los otros cuatro pollos que componían la muestra tenían "buche pendulante" pero no presentaron síntomas nerviosos. 

En el pollo que se observa en la fotografía no se observaron lesiones macroscópicas, al menos no fueron evidentes. No obstante se decidió hacer una evaluación hsitopatológica de los cinco encéfalos. La masa encefálica del pollo que se observa en la fotografía se procesó en forma independiente, encontrándose granulomas múltiples  en el cerebelo (Fotografías del centro y de la derecha, Hematoxilina-Eosina, 10X y 40X respectivamente). Se hicieron coloraciones diferenciales para hongos con resultados negativos. No se practicaron cultivos microbiológicos debido a que no hubo lesiones macroscópicas.


Imagen No. 4 Caso 11.  Reproductora de 33 semanas de edad de una granja que tiene 46.550 aves de las cuales se reportan 2.031 enfermos. El protocolo (Historia) de remisión de muestras al laboratorio de diagnóstico, solo informa de síntomas respiratorios en  2.031 aves reportadas como enfermas.  

Cuando se recibieron las aves para diagnóstico de necropsia y complementarios, era bien evidente que las aves remitidas tenían uno o varios de los siguientes síntomas: opistótonos, sentadas sobre los tarsos con los dedos recogidos y movimientos irregulares de la cabeza de izquierda a derecha y viceversa, inestabilidad, dificultad para permanecer paradas, sufrían caídas laterales con posición decúbito lateral; una de las aves  permanecía parada pero con la cabeza hacia abajo. En la historia se reporta el suministro de un producto mucolítico (No indica cuál) y vitaminas (No indica el producto). El informe sobre vacunaciones no es completo.

Parte de los síntomas descritos se observan en el ave de la fotografía de la izquierda. En la fotografía central se observa osteítis periférica al  conducto auditivo. En la fotografía de la derecha se puede observar en un corte vertical de la porción posterior del cráneo, material purulento en el encéfalo y exudado purulento en los huesos. Se aisló Escherichia coli.

Imagen No. 5, Caso 12. Pollo de engorde de 44 días de edad de una pequeña explotación casera de 800 aves, todas enfermas, se reporta torsión del cuello. Se informan dos vacunas: Gumboro D78 y Newcastle (No indica la cepa vacunal), ambas al día 6 de edad. El propietario remite dos aves para diagnóstico de necropsia y complementarios.

En la fotografía de la izquierda se observa una de las aves enviada al laboratorio de diagnóstico. En la fotografía de la  derecha se observa  el cráneo de  una de las aves: los dos círculos rojos señalan los conducto auditivos expuestos y los huesos periféricos a los conductos. En el círculo de la izquierda se puede ver hacia la derecha (porción profunda del conducto) material purulento escaso. En la fotografía de la derecha se observan inflamación purulenta de los huesos periféricos al conducto auditivo, tanto externo  como medio e interno. No se observaron lesiones histopatológicas en el encéfalo. Se ailó Pseudomona spp. y Escherichia coli.

Imagen No. 6. Caso 13. pollos de engorde de 4 semanas de edad. La granja de donde fueron remitidas estas aves tiene 1.800 aves. En el protocolo de envío de muestras se informa que las aves tienen "cabeza grande",  cuello torcido; este último síntoma reportado se observa en la fotografía de la izquierda (Círculos rojos).  

Las aves fueron vacunadas contra la enfermedad de Newcastle (No informa la cepa ni la vía) los días 5 y 12. Igualmente fueron vacunadas contra la enfermedad de Gumboro los días 8 y 20, no indica el tipo de vacuna.

A la necropsia era evidente inflamación fibrinopurulenta del tejido celular subcutáneo e inflamación purulenta de los huesos craneales con afección de los huesos periféricos al canal auditivo, con otitis media e interna (Fotografías del centro y de la derecha). No se observaron lesiones histopatológicas en el encéfalo. 

Se aisló Escherichia coli, Avibacterium paragallinarum y Gallibacteriun anatis.

Imagen No. 7. Caso 14.  Ponedora de 27 semanas de edad  de una granja con 800.000 aves. El Médico Veterinario remitente dice en el protocolo (Historia) de envío de muestras, que 70.000 de las aves se encuentran enfermas: "Cabeza hinchada, se les realizó tratamiento con buen resultado y ahora presentan cuadro nervioso" El tratamiento inicial se hizo a base de Doxiciclina. 

El aspecto húmedo de los huesos del cráneo (Entre otros los periféricos al conducto auditivo) corresponde a inflamación purulenta y granulomatosa de dichos huesos, desde luego con inflamación del oído medio en interno. No se observaron lesiones histopatológicas en los órganos del sistema nervioso central. Se asiló Escherichia coli.
Como se dijo en la parte I de este artículo,  en los casos de síntomas nerviosos y/o "cabeza hinchada" es importante el exámen macroscópico de los huesos del cráneo; se propone el siguiente método:
Imagen No. 13. La secuencia fotográfica presenta la forma sugerida para investigar osteítis en los huesos del cráneo en aves comerciales. Izquierda: retirar la piel que cubre el cráneo. Centro izquierda: utilizar un objeto cortante  para hacer un corte único  en sentido dorso-ventral (Vertical) inmediatamente por delante de los conductos auditivos (Señalados con la flecha roja). 

Fotografía centro-derecha y derecha: se debe hacer  un solo corte o incisión del tal manera que se exponga la porción interna o esponjosa de  los huesos craneales. Si se desinfecta correctamente la superficie craneal antes de la incisión y desde luego si el objeto cortante está desinfectado correctamente, a partir del tejido óseo se puede obtener material para cultivos microbiológicos en los medios adecuados según la bacteria  que se pretende aislar.
Además de los cultivos microbiológicos, es conveniente realizar una evaluación histopatológica de los huesos del cráneo, sobretodo en aquellos casos en que la lesión inflamatoria no es  muy evidente a simple vista.

Imagen No. 14. La secuencia fotográfica permite ver la inflamación purulenta cuyo exudado se acumula en los espacios formados por las espículas de los huesos esponjosos del cráneo (Hematoxilina-Eosina, 4X, 10X y 40X respectivamente).

Imagen No. 15. Igualmente la secuencia fotográfica muestra inflamación cuyo exudado se ubica en los espacios formados por las espículas del hueso esponjoso de los huesos del cráneo; esta vez se  observa el exudado organizado en forma de granulomas; en la fotografía de la derecha se aprecian (Encerradas en la elipse de color rojo) las células epitelioides.

Al finalizar la presentación de estos 14 casos,  se pueden hacer las siguientes anotaciones al respecto:

  • Observar síntomas nerviosos en aves comerciales, no necesariamente indica una etiología viral, específicamente no indica enfermedad de Newcastle.
  • Cuando se observan síntomas nerviosos en aves, es necesario explorar en la necropsia, el estado de los huesos  del cráneo, incluyendo los que rodean el conducto auditivo.
  • Una gran cantidad de  nuestros Médicos Veterinarios no hace la exploración de los huesos del cráneo en el proceso de necropsia. La tendencia general es creer que los  síntomas nerviosos son producidos exclusivamente por enfermedades de etiología viral.
  • En el área de influencia donde ejerzo mi actividad como patólogo aviar, son más frecuentes los casos de síntomas nerviosos por causas bacteriales que por causas virales.
  • Los síntomas nerviosos en aves comerciales, pueden presentarse con y sin afección de los órganos del sistema  nervioso central. La otitis y probablemente la presión  sobre áreas específicas del encéfalo debido a la osteítis pueden ser responsables de la falta de  equilibrio y de los síntomas  nerviosos o aparentemente nerviosos de las aves afectadas.
  • Existe la falsa creencia de que identificar por PCR virus de la enfermedad de Newcastle en los casos  de aves  que presentan síntomas nerviosos, estos son atribuibles a la presencia del virus; así la enfermedad de Newcastle puede estar sobredimensionada en nuestro medio. Hay una serie de pruebas complementarias establecidas por organismo oficial, el Instituto Colombiano Agropeucario ICAen el caso de Colombia, que permiten concluir que definitivamente el virus está presente y es el causante del cuadro clínico.
  • Las bacterias involucradas en los casos de osteítis craneal/otitis y síntomas nerviosos, con afección o no del conducto auditivo, son en su orden: Escherichia coli, Gallibacterium anatis, Avibacterium paragallinarum y Pseudomona spp.
  • No siempre los síntomas nerviosos son observados o son descritos (En el protocolo  o historia) por la persona remitente, bien sea el Médico Veterinario o el responsable de la granja. Varios de los casos presentados en estos dos artículos no describen síntomas nerviosos, siendo que estos son los predominantes en las aves remitidas.

CUÁL ES SU CONCEPTO?


Síntomas nerviosos en aves: encefalitis y otitis bacterial como responsables. Parte I

Por: Bernardo Mejía Arango.  M.V.Z.  M.Sc.
Fotografías de imágenes:  Bernardo Mejía Arango, M.V.Z.  M.Sc. Protegidas por derechos de autor. Su
                                           uso o reproducción requiere autorización previa.
Créditos: Necrospias: Bernardo Mejía Arango,  M.V.Z.  M.Sc.;  Luis Buitrago M., M.V.Z.; Juan S.
                Alvear A.,  M.V.Z.
Cultivos microbiológicos: Mayra Alejandra Chaparro G., Bacterióloga; Gloria Inés Sánchez L.,
                                           Bacterióloga;  Luisa Catalina Hurtado G., Bacterióloga.

Premisa: es importante en el proceso de necropsia de aves con "cabeza hinchada" y/o con síntomas nerviosos, revisar  los huesos del cráneo. Con frecuencia, en estos casos se observa en   los huesos craneales inflamación con presencia de exudado de color amarillo; las evaluaciones histopatológicas del hueso de cráneo en estos casos, nos indican que  un muy alto porcentaje de las aves afectadas tienen inflamación ósea de  tipo purulento o crónico granulomatoso. Estas inflamaciones pueden finalmente conducir a la presentación de síntomas nerviosos y de movimientos de cabeza (Y a veces del cuello) que semejan síntomas nerviosos y que son reportados como tales en las historias que acompañan a los casos  examinados en el laboratorio.

Cuando se observan síntomas nerviosos en aves comerciales, al menos en Colombia, probablemente la primera opción en el diagnóstico presuntivo es enfermedad de Newcastle; por protocolo habría que sospechar  de influenza aviar (No reportada aún en Colombia) y quizá otras enfermedades que conllevan síntomas nerviosos, como por ejemplo encefalomielitis viral; desde luego que todo ello relacionado con la edad y otras condiciones inherentes a las aves y su manejo.

Pero  en nuestro medio son frecuentes los síntomas nerviosos ocasionados por infecciones bacteriales de los huesos craneales, entre ellos los que rodean el canal auditivo, con inflamación purulenta  del sistema nervioso central o simplemente sin lesiones en el encéfalo.


Imagen No. 1   Corte vertical en la parte posterior de cráneo de dos pollos de engorde de 21 días de edad provenientes de una granja con 48.246 aves de las cuales enfermaron 13.866. El corte vertical de cráneo de la izquierda muestra un  ave normal. En la fotografía de la derecha se observa el proceso inflamatorio en el cual hay material purulento de color amarillo en los espacios óseos dejados por las espículas del hueso esponjoso. A partir del material purulento de los huesos del cráneo se aisló Escherichia coli.

La sintomatología reportada en el protocolo de envío de muestras indica que las aves enfermas presentaron síntomas respiratorios y "cabeza hinchada". Debo aclarar que en las aves de esta granja, a pesar del estado inflamatorio de sus huesos craneales,  no se observaron síntomas nerviosos y por eso este caso no se incluye en el recuento de casos presentados.

De las aves de esta granja, 13.866 enfermaron y murieron 1.689 (Hasta el momento  en el cual se remitieron aves al Laboratorio para el examen y diagnóstico del caso).

Imagen No. 2  Cortes histológicos coloreados con Hematoxilia-Eosina de hueso de cráneo de pollo de engorde correspondientes al hueso de la derecha que se muestra en la  imagen No. 1. Los dos primeras fotografías (Desde la izquierda, 10X y 40X) muestran  un área de inflamación purulenta ubicada en el espacio formado por espículas  óseas en el hueso esponjoso de cráneo a nivel de parietales y supraescamoso. En la siguiente fotografía (Centro-derecha, 10X), se señalan con flechas rojas, las áreas o espacios formados por las espículas óseas, en las cuales hay inflamación purulenta; con la flecha amarilla se señala un área de inflamación crónica granulomatosa; el recuadro que está ampliado (40X) señala un área de inflamación purulenta en proceso de organización para formar un granuloma.


Revisar los huesos craneales no es una práctica común como parte del proceso de necropsia; muchas veces, los síntomas nerviosos se originan en infecciones bacteriales de los huesos craneales, con o sin compromiso de inflamación purulenta del tejido nervioso; en todo caso, sin lesiones  en el sistema nervioso central que permitan sospechar inicialmente de un proceso de etiología viral.

De la casuística de aves llegadas al Laboratorio de Diagnóstico donde trabajo (Donde se procesan alrededor de 450 necropsias anuales de grupos de 5 aves), se analizaron 16 casos de síntomas nerviosos en aves comerciales entre julio  de 2008 y septiembre de 2013, de diferentes estados productivos: 10 de los 15 casos corresponden a pollos de engorde, 3 de ellos a ponedoras comerciales y 2 casos a reproductoras. De los 15 casos, uno corresponde a encefalitis de etiología micótica el cual se expondrá en un artículo independiente. Los 14 restantes por lo extenso del tema, se presentaran en dos entregas: parte I y parte II

En  los 15 casos, a pesar de que corresponden a aves  con síntomas nerviosos:
  1. No se observaron lesiones histopatológicas en el sistema nervioso central en algunos de ellos.
  2. Se observaron lesiones inflamatorias de tipo purulento en meninges y/o cerebro-cerebelo en algunos casos.
  3. No se observaron lesiones inflamatorias  por células mononucleares (No purulentas) en meninges y/o cerebro-cerebelo en ninguno de los casos evaluados.

Imagen No. 3 Corte histológico de hueso occipital (Hematoxilina-Eosina, 10X, 10X y 40X respectivamente). Fotografía de la izquierda: espacios óseos centrales formados por las espículas, tienen aspecto normal. En la fotografía central, el recuadro rojo señala un granuloma ubicado en uno de esos espacios óseos  formados por las espículas; dicho recuadro está ampliado en la fotografía de la derecha en la cual se observan detalles de un granuloma.


Con base en lo anterior y revisados uno a uno los casos expuestos, se llegó a las siguientes conclusiones:
  1. No se observaron lesiones inflamatorias en el sistema nerviosos central que  indujeran a  sospechar  de una etiología viral.
  2. En algunos casos se observaron lesiones inflamatorias en el cerebro-cerebelo/meninges, de carácter  purulento, lo que supone una etiología bacterial por extensión del proceso inflamatorio desde los huesos del cráneo, entre otros los huesos periféricos al conducto auditivo.
  3. En algunos casos no se observaron lesiones inflamatorias purulentas en  el sistema nervioso central, pero si en hueso periférico al oído, con  otitis media o interna, lo cual explicaría el tipo de sintomatología comparable con la sintomatología nerviosa.
  4. Creo que en algunos casos, en ausencia de lesiones en el sistema nervioso central, podría haber compresión de algún área del encéfalo debido al proceso inflamatorio de tejidos limitantes con el encéfalo, a través de infecciones óseas o del oído.
Los  síntomas más frecuentemente observados en los casos con síntomas nerviosos fueron: torsión de cuello, opistótonos y movimiento incoordinados de cabeza o de cabeza y cuello; falta de equilibrio, en algunos casos incapacidad para estar en pié, incoordinación corporal y postración con movimientos de extremidades: "aleteo" y "pedaleo".

En los 14 casos se observó inflamación (Purulenta y/o granulomatosa) en todos o en algunos de los huesos craneales: parietales, escamosos, supraoccipital, fosas temporales, agujero vestibulococlear, fosa timpánica y basisfenoides principalmente.

Imagen No. 4   Caso No.1: pollo de engorde de 36 días de edad. No. de aves en la granja:  54.876, hembras y machos.   No. de enfermos:  17.800  Total de  aves muertas: 3.000  La historia de remisión dice lo siguiente: "Animales con diagnóstico de laboratorio de Avibacterium paragallinarum y Gallibacterium anatis; síntomas (Ruidos) respiratorios fuertes, muchos presentan cabeza hinchada  pero desde hace 24 horas comenzaron a presentarse síntomas nerviosos, se observaron aves con el cuello torcido".

Los síntomas nerviosos en las aves afectadas por osteitis craneal, generalmente presentan síntomas nerviosos debido a una extensión del estado infeccioso hacia las meninges y/o la masa encefálica. Se aisló Gallibacterium anatis a partir de huesos de cráneo (Osteitis craneal).

Imagen No. 5   Las dos fotografías son del ave  que se muestra en la imagen No. 4. A la izquierda se observa el corte en sentido vertical de un cerebelo y el tallo encefálico correspondiente;  con una flecha roja se señala un gránulo de color amarillo, el cual corresponde a un proceso purulento; en el círculo que se observa en la misma fotografía, se muestra macroscópicamente un área de necrosis y pérdida de  tejido nervioso. En la fotografía de la derecha (Hematoxilina-Eosina, 40X) se observa un estado inflamatorio purulento en meninges en un corte del  cerebelo que aparece en la fotografía de la izquierda.

Imagen No. 6, Caso 2:  pollos de engorde de 52 días de edad.  La granja de donde fueron remitidos tiene  11.400 aves de las cuales se reportan todas enfermas; los síntomas indicados por el Médico Veterinario remitente son:  reacción respiratoria, "estornudos" y secreción nasal; en el protocolo de remisión de muestras (Historia) no se describen los síntomas nerviosos, algo no entendible puesto que la torsión del cuello es bien evidente;  no se sabe (porqué no se informó) cuantas aves presentan sintomatología nerviosa en esta granja. se aisló Escherichia coli.

Fotografía de la izquierda: se observan las cuatro aves con torsión de cuello. Fotografía del centro: se observa inflamación purulenta de los huesos que rodean el conducto auditivo medio e interno. Se asiló Escherichia coli. En la fotografía de la derecha, se observa inflamación purulenta de meninges (Hematoxilina-Eosina, 100X)


Imagen No. 7.  Caso No. 3:  pollo de engorde de 7 días de edad. El Médico Veterinario remitente relaciona los siguientes síntomas en el protocolo de envío de muestras: "Aves postradas, cuellos torcidos, trémores, onfalitis; la mortalidad acumulada es del  2.650 aves;  la mortalidad diaria es constante. Las aves fueron recibidas al día de edad con un producto comercial a base de tilosina durante cuatro días, posteriormente (Un día antes de llevar las  aves al Laboratorio), se inició un tratamiento vía oral con un producto comercial a base de fosfomicina-tilosina". 

La granja de donde provienen estas aves tiene 18.000 animales, se reporta que el total del lote estaba enfermo en el momento de remitir las aves para exámenes de laboratorio. No se realizaron cultivos microbiológicos a partir de huesos del cráneo o del conducto auditivo.

En la fotografía de la izquierda se observan  aves con torsión de cuello, incoordinación y postración. El pollito de la derecha tenía movimientos de "pedaleo" en el momento de tomar la fotografía.

De este caso no se hizo un seguimiento microbiológico pero en la fotografía de la derecha (Hematoxilina-Eosina, 100X), se observa la respuesta inflamatoria de meninges, netamente purulenta, lo que indica una infección bacterial.


Imagen No. 8.  Caso No. 4: ponedoras de 37 semanas de edad. No obstante lo "estático" de la fotografía, a la izquierda se puede apreciar  una gallina con opistótonos. En el protocolo de envío de muestras se describen los siguientes síntomas: "Animales deprimidos, permanecen debajo de los nidos, se recogieron tres (3) animales  con síntomas nerviosos (Cabeza hacia atrás), heces verdosas, aumento en el tiempo de ingesta del alimento". La granja de donde fueron  remitidas cinco aves para diagnóstico  de necropsia y complementarios tiene 11.979 aves, en el protocolo se informa que todas la aves están afectadas pero que solo tres de ellas presentan síntomas "nerviosos". Se aisló Escherichia coli.

En la fotografía del centro, se observa  "edema" (probablemente es un exudado) en los tejidos periféricos al conducto auditivo.

En la evaluación histopatológica no se observaron lesiones en el sistema nervioso central (Fotografía de la derecha, Hematoxilina-Eosina, 40X). Las aves tenía inflamación del conducto auditivo y los huesos periféricos al mismo. Se aisló Escherichia coli.


Imagen 9, Caso No. 5:  pollos de engorde de 32 días de edad. La granja de donde provienen estas aves tiene 86.088 pollos de  los cuales 37.434 están enfermos, de acuerdo con lo que dice el protocolo de remisión de muestras (Historia); se informa que han muerto 2.242 durante el episodio y que en los tres últimos días han muerto 242 pollos. Los síntomas  se reportan así: "se observan signos de tipo respiratorio, hay síndrome de cabeza hinchada, pollos erizados y decaídos". En la historia no se informa síntomas nerviosos.

Cinco aves fueron remitidas al laboratorio para examen de necropsia y complementarios. Al momento de recibir las aves, eran evidentes en dos de ellas, postración y torsión de cuello (Fotografía de la izquierda). En la fotografía de la derecha se observa la osteitis purulenta que afecta los huesos de  la parte posterior del cráneo.


Imagen No.10, caso No. 5:  además de la inflamación purulenta de los huesos de la parte posterior del cráneo observadas en la imagen anterior (No. 9), una exploración de los huesos que rodean el conducto auditivo mostró igualmente una inflamación purulenta de los mismos. El aspecto macroscópico del encéfalo no muestra un proceso inflamatorio,  pero en la evaluación histopatológica (Fotografía de la derecha, Hematoxilina-Eosina, 20X) se observó inflamación purulenta de meninges y del estrato molecular del cerebelo. Se aisló Escherichia coli.



Imagen No. 11, Caso  No. 6. Pollo de engorde de 28 días de edad, pertenece a una granja de 60.000 aves; todo el lote (Granja) se reporta que está afectado, pero no indica  cuántas aves como la que se observa en la fotografía, presentan postración y torsión del cuello. 

El Médico Veterinario remitente dice lo siguiente en la historia o protocolo de remisión de muestras:  "Aves con ruido respiratorio, más acentuado en uno de los galpones, algunas aves tienen inflamación cefálica; las aves consumen normalmente su alimento. La mortalidad no es significativa porque solo han muerto 247 aves". No se reportan aves con síntomas nerviosos, no obstante lo evidente que eran  en las aves que se remitieron para necropsia. 

Se aislaron dos bacterias: Escherichia coli y Gallibacterium anatis.


Imagen No. 12, Caso 7.  Pollos de engorde de 32 días de edad. El Médico Veterinario remitente dice en el protocolo de envío de muestras: "De este mismo lote se enviaron pollos al laboratorio de diagnóstico los cuales tenían blefaroconjuntivitis y lagrimeo espumoso obteniendo un diagnóstico histopatológico de laringotraqueitis viral, pero en los últimos tres días han aparecido aves con síntomas al parecer nerviosos como cuello con rotación". El Médico Veterinario remitente escribe que hizo necropsias y observó inflamación purulenta  y material caseificado en el oído y partes laterales del cráneo. 

Se aislaron dos bacterias: Avibacterium paragallinarum y Escherichia coli.

Las aves que se observan en la fotografía superior izquierda corresponden a este caso. Es evidente la torsión de cuello y la incapacidad para permanecer de pié. En las dos fotografías centrales se puede apreciar el estado inflamatorio de los huesos que componen el canal auditivo. Las aves recibieron un tratamiento con trimetoprim-sulfa durante seis días, el tratamiento concluyó el día antes de remitir las aves al laboratorio para examen de necropsia y complementarios.


En la fotografía de la derecha  se observa un corte histológico de cerebelo en cual se puede observar inflamación purulenta de meninges (Hematoxilina-Eosina, 40X).


Luego de revisar  los primeros siete casos propuestos al comienzo de este artículo, vuelvo a la premisa: 

Es importante en el proceso de necropsia de aves con "cabeza hinchada" y/o con síntomas nerviosos, revisar  los huesos del cráneo. Con frecuencia en estos casos se observa en   los huesos craneales inflamación con presencia de exudado de color amarillo; las evaluaciones histopatológicas del hueso de cráneo en estos casos, nos indican que  un muy alto porcentaje de las aves afectadas tienen inflamación ósea de  tipo purulento o crónico granulomatoso. Estas inflamaciones pueden finalmente conducir a la presentación de síntomas nerviosos y de movimientos de cabeza (Y a veces del cuello) que semejan síntomas nerviosos y que son reportados como tales en las historias que acompañan a los casos  examinados en el laboratorio


Imagen No. 13. La secuencia fotográfica presenta la forma sugerida para investigar osteítis en los huesos del cráneo en aves comerciales. Izquierda: retirar la piel que cubre el cráneo. Centro izquierda: utilizar un objeto cortante  para hacer un corte único  en sentido dorso-ventral (Vertical) por la parte posterior de los conductos auditivos (Señalados con la flecha roja). Fotografía centro-derecha: se debe hacer  un solo corte o incisión del tal manera que se exponga la porción interna o esponjosa de  los huesos craneales. 

Si se desinfecta correctamente la superficie craneal antes de la incisión y desde luego si el objeto cortante está desinfectado correctamente, a partir del tejido óseo se puede obtener material para cultivos microbiológicos en los medios adecuados según la bacteria  que se pretende aislar.

Producto de la observación durante los últimos cinco años de trabajo, se pueden presentar las siguientes conclusiones, aunque sugiero mirar la parte II en el siguiente artículo del blog; siete casos más serán presentados  los cuales servirán para darle más solidez a lo expuesto:

  • Observar síntomas nerviosos en aves comerciales, no necesariamente indica una etiología viral, específicamente no indica enfermedad de Newcastle.
  • Cuando se observan síntomas nerviosos en aves, es necesario explorar en la necropsia, el estado de los huesos  del cráneo, incluyendo los que rodean el conducto auditivo.
  • Una gran cantidad de  nuestros Médicos Veterinarios no hace la exploración de los huesos del cráneo en el proceso de necropsia. La tendencia general es creer que los  síntomas nerviosos son producidos exclusivamente por enfermedades de etiología viral.
  • En el área de influencia donde ejerzo mi actividad como patólogo aviar, son más frecuentes los casos de síntomas nerviosos por causas bacteriales que por causas virales.
  • Los síntomas nerviosos en aves comerciales, pueden presentarse con y sin afección de los órganos del sistema  nervioso central. La otitis y probablemente la presión  sobre áreas específicas del encéfalo debido a la osteítis pueden ser responsables de la falta de  equilibrio y de los síntomas  nerviosos o aparentemente nerviosos de las aves afectadas.
  • Existe la falsa creencia de que identificar por PCR virus de la enfermedad de Newcastle en los casos  de aves  que presentan síntomas nerviosos, estos son atribuibles a la presencia del virus; así, la enfermedad de Newcastle puede estar sobredimensionada en nuestro medio. Hay una serie de pruebas complementarias establecidas por organismo oficial, el Instituto Colombiano Agropeucario ICA en el caso de Colombia, que permiten concluir que definitivamente el virus está presente y es el causante del cuadro clínico.
  • Las bacterias involucradas en los casos de osteítis craneal y síntomas nerviosos, con afección o no del conducto auditivo, son en su orden de frecuencia: Escherichia coli, Gallibacterium anatis, Avibacterium paragallinarum y Pseudomona spp.
  • No siempre los síntomas nerviosos son observados o son descritos (En el protocolo  o historia) por la persona remitente, bien sea el Médico Veterinario o el responsable de la granja. Varios de los casos presentados en estos dos artículos no describen síntomas nerviosos, siendo que estos son los predominantes en las aves remitidas.

CUÁL ES SU CONCEPTO?


viernes, 4 de octubre de 2013

Ruptura del tendón del gastrocnemio en aves comerciales. Presentación de casos.

Por: Bernardo Mejía Arango. M.V.Z.  M.Sc.
Fotografías e imágenes: Bernardo Mejía Arango  M.V.Z. Protegidas por derechos de autor.                                                                               Cualquier uso o reproducción debe contar con autorización previa.
Créditos: Necropsias: Bernardo Mejía Arango, M.V.Z.  M.Sc.; Luis Buitrago M., M.V.Z.;  Juan S. Alvear A., M.V.Z.


Imagen No. 1:  pollo de engorde de 47 días de edad. La posición de "sentado sobre los tarsos" es una de las características que permiten  sospechar que las aves están sufriendo de ruptura del tendón del gastrocnemio. La granja de donde provienen aves  como la que se muestra en la fotografía de la izquierda,  tiene 41.300 animales. Una muestra de 8 animales fue remitida para examen de necropsia y complementarios por presentar postración. La fotografía de la derecha, muestra el tendón del gastrocnemio roto,  a una  corta distancia de la articulación tarso-metatarsiana.


El músculo gastrocnemio en las aves es grande, quizá el más grande y voluminoso de  los músculos de las extremidades pélvicas. Se origina en las tuberosidades  de la  epífisis distal del fémur. Varios trabajos de anatomía aviar citan en su origen tres partes: lateral, intermedia y  medial.

El gastrocenemio ocupa la región caudal del tibiotarso y se se extiende parcialmente hacia la lateral (interna). Además de las tres partes típicas, se ha identificado en algunas especies aviares una cuarta, accesoria (Pars media) asociada a la pars intermedia.


Imagen No. 2:  el dibujo de la izquierda corresponde a la extremidad pélvica de ave (Gallus domesticus) vista desde la cara medial; en el esquema se pueden ver las dos porciones del músculo gastrocnemio: una completamente medial y la otra medial-posterior; los haces de tejido conectivo originados desde el músculo, conforman el tendón del gastrocnemio, el cual pasa por la superficie deslizante formada en la articulación del tarso (Formada por la epífisis distal del tibiotarso y la epífisis proximal del tarso-metatarso).


De acuerdo con el libro  Anatomía Aviar publicado por  el Instituto Colombiano Agropecuario ICA (Sin fecha) y cuyos autores son Sergio Latorre R. y  Víctor Hugo Massey G., el músculo gastrocnemio tiene  dos  porciones (Visibles desde el exterior después de haber  hecho la disección de la piel: medial (Interna) y  caudal. Es posible que  la tercera (Y la cuarta descrita en algunas especies), no sea visible a simple vista).

Hacia el tercio distal del muslo,  las fibras de tejido conectivo asociadas al músculo convergen para dar origen al tendón del gastrocnemio, el cuál  pasa por  entre los cóndilos de la articulación  del tarso los cuales forman una tróclea de manera que el tendón del gastrocnemio actúa a manera de polea, cuya función es actuar como extensor del tarso-metatarso y por medio de inserciones aponeuróticas flexionar los dedos mientras mantiene  constante el ángulo de la rodilla. Por la misma tróclea articular y por  debajo del tendón del gastrocnemio, pasan los tendones flexores digitales. El tendón del gastrocnemio termina en la  cara plantar del metatarso.


Imagen No. 3:  aspecto normal del tendón del gastrocnemio:  la fotografía de la izquierda muestra el tendón completo sobre la articulación del tarso (Entre el tibiotarso y tarsometatarso). En la fotografía de la derecha se ha cortado el tendón del gastrocnemio (Cuyos extremos son  señalados con flechas) para dejar ver los haces tendinosos que conforman los tendones flexores digitales (Van por debajo del tendón del gastrocnemio). Se observa igualmente la superficie articular cóncava y lisa, que está dispuesta  a manera de troclea o polea para que los tendones se deslicen.


En algunos problemas nutricionales que tienen que ver con la deposición de calcio,  hay  deformación de los cartílagos  articulares (Condrodistrofia) y entonces estas superficies no actúan ya como una polea en conjunto con la epífisis del  metatarso; el tendón entonces de sale de la superficie articular, tal es el caso de los varus y de los valgus.


El tamaño relativo y la estructura del gastrocnemio es  indicador de su importancia durante la locomoción.


Imagen No. 4:  las fotografías que componen la imagen presentan en forma seriada como el ave que está siendo examinada tiende a permanecer "sentada sobre los tarsos". En las  fotografía segunda y tercera (Izquierda a derecha) se observa, no  obstante lo estático de las fotografías, la inestabilidad del ave quien utiliza las alas tratando de guardar el equilibrio dada la imposibilidad de las extremidades pélvicas para mantener al animal de pié. Finalmente (Última fotografía hacia la derecha), el ave se sienta sobre los tarsos; esta es una  posición característica de los casos de ruptura del tendón del gastrocnemio. El ave examinada  pertenece al mismo grupo de la imagen No. 1


De acuerdo con la revisión, la ruptura del tendón del gastrocnemio se presenta en reproductoras de pollo de engorde, en los pollos de engorde y en pavos; los casos se reportaron desde 1984 en el libro Diseases of Poultry,  en la sección  “Vices and miscellaneous  conditions” a cargo del doctor M.C. Peckham, quien hizo una revisión formal al respecto. ( M.S. Hofstad, H.J. Barnes, B. W. Calnek, W.M. Reid, and H.W. Yoder, Jr. (eds.). Diseases of Poultry, 8th ed. lowa State University Press, Ames, IA, pp. 741-782).

En 2011 los doctores Rocío Crespo y H.L. Shivaprasad publicaron en la revista Enfermedades Aviares (Septiembre 2011. Vol. 55, No. 3,  pp 495-498), el artículo “Ruptura del tendón de gastrocnemio de gallinas reproductoras pesadas”.

En la revisión de literatura de dicho trabajo, los doctores Crespo y Sivaprasad  encontraron que la ruptura del tendón del gastrocnemio se  observa en pollos de engorde y en reproductoras mayores de 12 semanas de edad y se caracteriza por la cojera secundaria a la ruptura uni o bilateral el tendón. Según su revisión, la causa de esta condición se ha atribuido principalmente a infección con reovirus, pero que puede ocurrir la ruptura de dicho tendón por otras causas.

En  el trabajo, evaluaron la presencia de ruptura del tendón del gastrocnemio en gallinas reproductoras de pollo de engorde, no encontrando hembras afectadas. La evaluación de 19 aves afectadas y los análisis de laboratorio indicaron que no hubo evidencia de sinovitis o de infección con reovirus en la aves y la ruptura del tendón del gastrocnemio  se atribuyó a la agresividad de los machos cuando se cambió la proporción de número de machos por cada 100 hembras de siete u ocho a 9 o 10 a partir de las 31 semanas de edad. Entre la semana 32 y la semana 33 encontraron 0,55 a 1,00% de aves afectadas. Creo que de acuerdo con estas observaciones, probablemente la competencia por las hembras combinado con el peso de los machos, indujo la ruptura del tendón.
http://www.aaapjournals.info/doi/abs/10.1637/9669-012711-Case.1


Imagen No. 5.  Las aves afectadas por ruptura del tendón del gastrocnemio presentan severas hemorragias tanto dentro de las vainas tendinosas, las fascias, aponeurosis, tendones y ligamentos del área afectada. Estas hemorragias se pueden apreciar  estando aún intacta la piel: se aprecian "amoratadas" debido a  las hemorragias en las áreas antes citadas. El pollo de las fotografías pertenece al mismo grupo de la imagen No. 1


La ruptura del tendón del gastrocnemio es predominantemente una afección  de  aves  para producción de carne, debido a diferencias morfológicas que posee el tendón de estas líneas con relación a las de ponedoras. La región  por donde se rompe el tendón, es  hipovascular lo cual se asocia a la presencia de placas o de condrocitos en las cuales hay muerte de los mismos.


Imagen No. 6. las fotografías en secuencia, las cuales corresponden al ave que se observa en la imagen No. 5,  dejan ver en  forma gradual el tendón del gastrocnemio roto; en la fotografía dela derecha, dos flechas señalas los extremos del tendón roto.

Imagen No. 7  Izquierda:  fotografía de  corte transversal del tendón del gastrocnemio de un pollo de engorde de 35 días de edad (Hematoxilina-Eosina, 4X);  el estudio histológico de muchos cortes transversales de tendón (En pollos de engorde) muestra que una gran parte del mismo (a nivel de donde  se efectúa la ruptura) está constituido por fibrocartílago, lo cual facilita la ruptura, probablemente bajo condiciones de necrosis o mineralización del mismo. En la fotografía central (Hematoxilina-Eosina, 10X) se observa una ampliación del área donde el tendón es prácticamente fibrocartílago. En la fotografía de la derecha, que corresponde al final de la secuencia fotográfica, se observa el fibrocartílago (Hematoxilina-Eosina, 40X), que compone la mitad o algo más del diámetro del tendón, en el área por donde suele romperse.


 En el libro  Tratado de Histología Veterinaria de A. Gázquez Ortiz y A. Blanco Rodríguez, cuando describe el tema de tejidos conectivos especializados (Cartilaginoso y óseo), específicamente cuando trata el tema de fibrocartílago, se refiere a algunas áreas de tendones y ligamentos con presencia de fibrocartílago. Para verificar lo anterior, conjuntamente con el doctor Juan Sebastián Alvear (Médico Veterinario e Histotecnólogo), estudiamos varios cortes de tendón del gastrocnemio justamente a nivel del  área por donde suele romperse en forma espontánea  o por vinculación con procesos infecciosos: contiene un alto porcentaje de  fibrocartílago. Esto se describe en el libro Diseases of Poultry cuando toca el tema de ruptura del gastrocnemio.


Imagen No.7:  ambas fotografías corresponden a la misma ave en dos etapas del  proceso de examen de las extremidades pélvicas para verificar el estado del tendón del gastrocnemio. La información encontrada acerca de esta dolencia, dice que la afección puede ser uni o bilateral. El pollo de engorde que se observa en las fotografías corresponde a una de las aves del mismo grupo de la que se observa en la imagen No. 1, son pollos de 47 días de edad; presenta ruptura bilateral del tendón del gstrocnemio.

No existe una información muy abundante al respecto. El doctor C. Riddell presenta en la sección “Trastornos del desarrollo, metabólicos y otros no infecciosos” del libro Enfermedades de  las Aves, una sinopsis sobre la ruptura del tendón del gastrocnemio. Con base en sus anotaciones y de acuerdo con el contenido de otros artículos, los siguientes son algunos ítems sobre el tema:
  1.  La ruptura del tendón del gastrocnemio puede  afectar hasta el 20% de una parvada.
  2. Se presenta en pollos de engorde desde la semana 7 de edad
  3. La ruptura del tendón del gastrocnemio puede ser uni o bilateral.
  4. Clínicamente, las aves se sientan sobre los tarsos con los dedos flexionados.
  5. Macroscópicamente hay hinchazón en el muslo, corresponde a colecciones de sangre.
  6. Externamente se  observa una coloración verdosa en el área afectada.
  7. Es posible visualizar macroscópicamente los extremos del tendón roto.
  8. Los hallazgos histopatológicos dependen del tiempo de evolución del problema.
  9. La ruptura puede ser espontánea.
  10. La ruptura del tendón del gastrocnemio puede ser de origen infeccioso o no infeccioso.
  11. La ruptura del tendón del gastrocnemio puede coincidir con una infección con reovirus (Artritis viral).
  12. La respuesta inflamatoria (Y por tanto el aspecto microscópico) depende de si la ruptura es espontánea o si ha habido una infección.
  13. Hay mayor respuesta inflamatoria cuando la ruptura del tendón del gastrocnemio es por causa infecciosa.
La Universidad Nacional Autónoma de México tiene en forma conjunta con la Universidad de Montreal tiene una publicación muy buena sobre artritis y osteodisplasias. En este artículo describe la ruptura del tendón del gastrocnemio  cuando trata el tema de la artritis viral pero no profundiza entre otras cosas en otras posibles causas de la ruptura del tendón del gastrocnemio aparte de las de origen viral.