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jueves, 30 de agosto de 2012

Enteritis necrótica. Parte II: la enfermedad.

Por: Bernardo Mejía Arango  M.V.Z.  M.Sc.
Fotografías e imágenes: Juan Sebastian Alvear A.  M.V.Z.;  Luis Abel Buitrago M.; M.V.Z.
                                       Bernardo Mejía Arango.  M.V.Z.. M.Sc. (Protegidas por derechos de autor,
                                       cualquier uso o reproducción requiere autorización previa).                                  
Créditos:  Necropsias: Bernardo Mejía Arango  M.V.Z.  M.Sc.;  Luis Abel Buitrago M.; M.V.Z.; Juan Sebastian Alvear A.  M.V.Z.

La enteritis necrótica de las aves, enfermedad que produce una marcada destrucción de la mucosa intestinal,  fue descrita por primera vez en 1961 y desde entonces se ha considerado  que el agente causal es el Clostridium perfringens tipo A, específicamente la alfatoxina producida por esta bacteria; algunos autores consideran igualmente  al Clostridium perfringens tipo C como agente etiológico de la enteritis necrótica. Hoy día sabemos que además de la alfatoxina, existe otra toxina producida por el Clostridium perfringens tipo A, la cual está involucrada en la génesis del problema, la NetB toxina. 

En el primer artículo sobre enteritis necrótica se presentó lo referente al Clostridium perfringens  como agente etiológico.

Imagen No. 1. Enteritis necrótica. Aves de 28 semanas de edad. No. de aves en el lote:  34.300  No. de aves enfermas:  4.609. Síntomas reportados:  aves deprimidas, anorexia, heces líquidas. A la necropsia de encontró dilatación intestinal, enteritis fibrinonecrótica con formación de masas de aspecto membranoso ocupando el lumen intestinal,  contenido líquido de olor fétido en el intestino. 

Mucha de la información revisada dice que la enteritis necrótica afecta principalmente a los pollos de engorde entre la segunda y tercera semanas de edad y a los pavos entre las semanas 7 y 12 de vida. En la práctica del grupo de trabajo al cual pertenezco, se ha encontrado enteritis necrótica en aves de mucho más edad. La imagen No. 1 por ejemplo, es de aves de 28 semanas de edad en las que se encontró enteritis necrótica.

La enfermedad puede afectar tanto a las aves criadas en piso o a las criadas en jaula aunque están más expuestas las aves en pastoreo. Esto tiene que ver  con la procedencia de la bacteria, ya que esta como tal o sus formas esporuladas, proceden del suelo y de las aguas  contaminadas. La transmisión se produce vía oral con los excrementos de las aves infectadas. La bacteria puede llegar a las aves con el alimento contaminado, de ahí la importancia del  control microbiológico de las materias primas y del mismo alimento terminado para detectar la presencia de Clostridium.

Los brotes de enteritis necrótica tienen aparición súbita, en ocasiones las aves no muestran sintomatología hasta cuando las lesiones intestinales estan bien avanzadas. Esto es lo que ha ocurrido con los casos detectados la mayoría de  las veces: las aves llegan para examen de necropsia por otras causas, no por problemas intestinales en sentido estricto.

En este sentido, las veces que he encontrado enteritis necrótica, ha sido en aves remitidas al laboratorio por síntomas que comprometen otros órganos, menos  cuando se reporta que las aves están deprimidas o tristes y esto se debe al agotamiento y malestar que puede producir la enteritis. Prácticamente la forma subclínica es  la que generalmente se diagnostica, se observa fundamentalmente mala condición física de las aves.

No hay un consenso sobre la frecuencia de morbilidad y mortalidad. Hay información que dice  que la mortalidad varía entre  2  y 10%, pero en los brotes severos puede llegar al 30%. Otros datos dicen que la mortalidad varía entre 2 y 50%

El proceso enterotoxigénico (En sentido estricto enteropatogénico) se inicia cuando el Clostridium se une a los receptores de las células intestinales. Debido al compromiso intestinal, las pérdidas en los casos de enteritis necrótica se producen por  reducción del crecimiento debido a la mala  conversión. La literatura dice que las lesiones suelen ubicarse en el intestino delgado; en la  práctica las hemos encontrado en otras regiones del intestino.

En el intestino se pueden visualizar  cambios morfológicos macroscópicos como  dilatación intestinal, cambios de color debidos a las lesiones de la mucosa, incluyendo contenido hemorrágico en ocasiones. Se produce necrosis ulcerativa con formación de membranas, producción de moco y hemorragias.

Imagen No. 2  Enteritis necrótica.  Aves de 28 semanas de edad.  Izquierda: Aspecto macroscópico externo del intestino delgado, el cual al ser abierto (Fotografía del centro) deja ver material fibrinonecrótico  formado a partir de las lesiones  sobre la mucosa. Hay un contenido líquido de  color marrón y de olor fétido.  Las membranas  formadas a partir de las lesiones en la mucosa se acumulan formado grandes masas de aspecto membranoso de color blanquecino. Este es un estadio avanzado de la enfermedad. Las fotografías que componen la imagen  corresponden  muestras del mismo caso de la imagen No. 1

El intestino se observa dilatado por la presencia de gases pero también por las  formaciones necrótico-membranosas a partir de la mucosa intestinal lesionada. Estas lesiones son atribuibles a las toxinas producidas por la bacteria. La destrucción de la mucosa puede provocar hemorragias;  hay una mezcla de fluidos  y de componentes  necróticos de la mucosa  que en conjunto tienen un olor desagradable.

El diagnóstico se hace  durante el proceso de necropsia al observar la mucosa afectada, aunque requiere hacer de inmediato un diagnóstico diferencial con coccidiosis. Personalmente creo que pocos casos de coccidiosis se parecen a los de enteritis necrótica;   podría suceder que algunos estadios crónicos de coccidiosis (Solo de algunas de ellas) se puedan parecer a una enteritis necrótica. No obstante, es posible que la infestación con coccidias pueda estar en forma concomitante con enteritis necrótica. 

Algunos autores indican que  un frotis intestinal y tinción a partir de las áreas afectadas revela la presencia de bacilos cortos, gruesos y Gram positivos ayuda en el diagnóstico. En lo personal  creo que encontrar bacilos cortos Gram positivos no tiene carácter diagnóstico en una muestra procedente de intestino. Creo que se debe hacer un cultivo microbiológico y  si es posible otras pruebas complementarias.

Las lesiones en esta enfermedad se presentan generalmente en la parte inferior del intestino delgado, pero en algunos casos todo el intestino puede verse afectado. En este mismo artículo se muestran imágenes de lesiones en ciegos (Imagen No. 5).

Las lesiones histopatológicas comprenden  necrosis de coagulación de la mucosa intestinal en diferentes grados de extensión; se pueden observar colonias de bacilos entre los componentes de las membranas fibrinonecróticas. De todas maneras es el aislamiento  en cultivos anaerobios lo que da la pauta para confirmar el diagnóstico, aunque la visualización macroscópica tiene gran validez, es decir  puede ser un diagnóstico de necropsia que tiene validez como  diagnóstico definitivo, teniendo en cuenta el estado general de afección del lote; muchas veces son solo casos individuales pero que pueden prender las alarmas: hay Clostridium en alguna parte,  y desde luego llegó vía oral.

Imágen No. 3. Enteritis necrótica.  Intestino de pollo de engorde de 13 días de edad procedente de un lote de  51.306 aves de las cuales se  reportan todas enfermas. Enteritis necrótica en este caso fue un hallazgo de necropsia porque  las aves remitidas para examen de necropsia presentaban depresión, las aves que se enviaron para necropsia tenía dificultad para pararse debido a inflamación de articulación de tarso-metatarso. Dentro del diagnóstico presuntivo no se encontraba la enteritis necrótica, este fué un hallazgo de necropsia. La fotografía de la derecha  corresponde a un corte  histológico coloreado con Hematoxilina-Eosina (10X) del área afectada como lo señala la flecha. Se observa necrosis  de la mucosa con destrucción  de la misma; aunque no se aprecia con este aumento, el área afectada presenta una respuesta inflamatoria crónica  no obstante dentro de la cual hay numerosos heterófilos y piocitos.

Las lesiones de enteritis ulcerativa, enfermedad que se presenta en aves silvestres (Cuyo agente etiológico es el Clostridium colinumpueden parecerse  clínica y morfológicamente a las de enteritis necrótica;  la extensión de las lesiones en enteritis ulcerativa es diferente, generalmente confinada y en áreas relativamente pequeñas, en forma de botón las cuales pueden conducir a perforaciones intestinales, se observan lesiones necróticas en hígado.
La proliferación del Clostridium perfringens puede  estar influenciada por:

  • Aumento del pH intestinal y la disminución del peristaltismo.
  •  Infestaciones con Eimeria.
  •  Enfermedades inmunodepresoras, enfermedad de Gumboro por ejemplo.
En general, la presencia de casos de enteritis necrótica en un lote de aves está influenciada por alteraciones del medio ambiente intestinal debidos a cambios en la calidad o cantidad de alimentos, debidos igualmente a disminución de la motilidad intestinal, lesiones por parásitos (Coccidias, algunos consideran que las lesiones por Áscaris),  la acción primaria de otras bacterias e igualmente la acción de toxinas.

El doctor Marcelo Lang, el presentar una vacuna para reproductoras pesadas, la cual controla la enteritis necrótica en la progenie de engorde, menciona que el incremento en  la resistencia a los anticoccidiales, contribuye a la irritación del intestino lo que crea las condiciones para la proliferación del Clostridium perfringens.

De la misma manera, el doctor Lang dice que la no utilización de antibióticos por presiones gubernamentales  y del público, incrementa la posibilidad de una infección con Clostridium.
Investigadores de la Universidad de Liverpool, encontraron que el amoníaco es un componente importante en el desarrollo de la enteritis necrótica.

De acuerdo con la frecuencia de lesiones irritativas de las vías respiratorias  altas y la ausencia de cilias junto con congestión y pequeñas hemorragias en mucosa de traqueolaringe y de bronquios, que se observan con frecuencia más que todo en pollos de engorde y que son atribuibles a altos niveles de amoníaco, se presume que el amoníaco es un factor de riesgo frecuente en nuestro medio, además de facilitar la patogénesis de enfermedades infecciosas que conducen a la presentación de casos de cabeza hinchada, la enteritis necrótica se sumaría a las consecuencias de tener niveles altos de amoníaco en una granja.

Investigadores del Departamento de Patología, Bacteriología y Medicina Aviar  de la Facultad de Veterinaria de la Universidad   Gante (Bélgica), afirman que desde la prohibición de los antibióticos promotores de crecimiento, dos de los problemas más frecuentes en pollos de carne son la enteritis necrótica y la disbacteriósis y que la calidad de las materias primas utilizadas para la formulación del alimento, es un factor que determinará la salud intestinal de los pollos.


Imagen No. 4. Enteritis necrótica. La fotografía  corresponde a las mismas aves  que se muestran en imagen No. 1 La lesión  observada está en un estado avanzado en el que hay una organización del material fibrinonecrótico. Al observar la superficie mucosa, se aprecian áreas necróticas; parecería que en esta área  hay un proceso de resolución del problema.

El doctor  A.K. Panda plantea  una serie de puntos importantes a tener en cuenta en las prácticas de alimentación para reducir la incidencia de enteritis necrótica en pollos de engorde:

  • Las dietas con altos niveles de ingesta soluble en agua, los polisacáridos no amiláceos predisponen a enteritis necrótica. Por lo tanto, la alimentación con altos niveles de trigo o cebada pueden predisponer a la aparición de enteritis necrótica debido a un mayor nivel de fibra no digerible, lo que aumenta la viscosidad de la ingesta, disminuye la velocidad de paso de la misma y reduce la digestibilidad de los nutrientes. Un entorno de alta viscosidad intestinal aumenta la proliferación de bacterias anaerobias facultativas como bacterias Gram-positivas y las enterobacterias.
  • El uso de niveles altos de harinas proteicas, tales como harina de pescado o  harina de carne y hueso a menudo se asocian con un mayor riesgo de enteritis necrótica. En general, las dietas ricas en proteínas que contienen altos niveles de proteínas de baja digestibilidad hace que la concentración de proteína sea más alto en el tracto gastrointestinal que actúa como sustrato para el crecimiento de las bacterias.
  • La fuente de grasa en la dieta también influye en la incidencia de la enteritis necrótica. Se ha observado que las grasas animales en las raciones incrementan los recuentos de Clostridium perfringens en comparación con el aceite vegetal.
  • La forma física del alimento también puede influir en la aparición de enteritis necrótica. Alimentos con alta desuniformidad en el tamaño de sus partículas, predisponen más a la aparición de enteritis necrótica que alimentos que contengan tamaño de partícula uniforme.
  • La alteración frecuente en el régimen de alimentación aumenta la incidencia de enteritis necrótica.
  •  La presencia de hongos y micotoxinas en el alimento  aumenta la incidencia de enteritis necrótica.
  •  La aparición de enteritis necrótica se asocia a menudo con un brote de parasitismo por coccidias. La infestación con coccidias causa graves daños a las células que recubren el intestino delgado,  haciéndolo susceptible a la infección por Clostridium perfringens.
  • La limpieza inadecuada entre los lotes de pollos, de los galpones o casetas, los utensilios y equipos, aumenta la incidencia de enteritis necrótica en la granja.
  • Los parásitos intestinales (gusanos redondos especialmente), la depresión inmune debido a las micotoxinas, el estrés y las enfermedades virales tales como el virus de la anemia infecciosa aviar, la enfermedad de Gumboro y la enfermedad de Marek, también son factores predisponentes para la aparición de la enteritis necrótica en pollos de engorde.
Imagen No. 5  Enteritis necrótica. Las fotografías que componen la imagen corresponden a uno de los ciegos de las mismas aves de 28 semanas que se muestran en la imagen No. 1.  Se aprecian  áreas de necrosis de la mucosa con formación de membranas las cuales no desprenden fácilmente y al hacerlo dejan una superficie ulcerada. En la literatura revisada no se reporta afección de los ciegos en casos de enteritis necrótica. Nuestro grupo de trabajo con frecuencia encuentra en aves  remitidas para examen por necropsia,  tiflitis con lesiones  en forma de placas botonosas pequeñas, las cuales consideramos que son un estadio preliminar de enteritis necrótica. Les denominamos lesiones cecales por Clostridium (Muy probablemente perfringens).

Esto ha obligado a la industria para evaluar medidas adecuadas de control alternativo. La dieta es un importante contribuyente a enteritis necrótica en pollos de engorde, y las prácticas de alimentación pueden reducir la incidencia de la enfermedad. Entre los hábitos alimentarios que se pueden seguir para reducir la incidencia de enteritis necrótica son los siguientes:

  • La formulación de las dietas que limitan la inclusión de granos viscosos (trigo, cebada, centeno, avena, etc.) y los suplementos de proteína animal (harina de pescado, harina de carne y hueso).
  • Las fuentes  de proteínas de mala calidad deben ser excluidos. Se ha observado que la inclusión en la dieta de la proteína de patata aumenta la incidencia de enteritis necrótica subclínica en comparación a la proteína de la harina de soya. La dieta de la patata a base de proteínas tuvo mayor actividad del inhibidor de la tripsina y un contenido en lípidos más bajo, lo que podría haber contribuido a la mayor incidencia de enteritis necrótica subclínica.
  • Asegurar el adecuado almacenamiento de los ingredientes, así como alimentos preparados. La correcta manipulación de alimentos y equipos de almacenamiento es igualmente importante para reducir la incidencia de enteritis necrótica.
  • La adición de ácidos orgánicos como el ácido butírico, ácidos grasos de cadena (C6 a C12, pero principalmente ácido láurico) y/o aceites esenciales (timol, cinnamaldehyd, eucaliptol) puede ayudar a prevenir el enteritis necrótica en pollos de engorde. Estos aceites esenciales también ayudan en el  control de infestación  por coccidias y por lo tanto puede reducir la enteritis necrótica. Todos estos compuestos tienen efectos antimicrobianos.
  • La adición en la dieta de la lactosa (2.5%) podría ser utilizado como una alternativa potencial a antibióticos promotores del crecimiento para controlar la enteritis necrótica. La lactosa promueve el desarrollo de lactobacilos a lo largo del tracto intestinal. La hipótesis es que el aumento de lactobacilos podría promover la producción de lactato y el pH del tracto intestinal podría disminuir, afectando negativamente a ciertas bacterias, incluyendo Clostridium perfringens.



Cuál es su concepto?





jueves, 23 de agosto de 2012

Enteritis necrótica. Parte I: Clostridium perfringens, alfatoxina y NetB toxina.

Por: Bernardo Mejía Arango  M.V.Z.  M.Sc.
Fotografías e imágenes: Bernardo Mejía Arango. Protegidas por derechos de autor. Cualquier uso  o reproducción debe contar con autorización preliminar.
Créditos: Necropsias:  Bernardo Mejía Arango, M.V.Z.  M.Sc.; Luis Buitrago M., M.V.Z.; Juan Sebastian Alvear A., M.V.Z.


Imagen No. 1  Enteritis necrótica.  Se observa la formación de membranas originadas a partir de la mucosa intestinal necrosada. Intestino grueso de pollo de engorde de 13 días de edad,  proveniente de un lote de 51.306 aves las cuales se encontraron deprimidas según lo reportado por el Médico Veterinario remitente; igualmente reporta que en necropsias efectudas en la granja se encontró  persistencia de saco vitelino y poliserositis.  Cinco aves fueron remitidas al laboratorio para  examen de necropsia y realización de las respectivas pruebas complementarias. Enteritis necrótica fué un hallazgo de necropsia, al igual que  inflamaciones articulares a nivel de tarso-metatarso.
La enteritis necrótica de las aves, enfermedad que produce una marcada destrucción de la mucosa intestinal,  fue descrita por primera vez en 1961 y desde entonces se consideró  que el agente causal es el Clostridium perfringens tipo A, específicamente la alfatoxina producida por esta bacteria; algunos autores consideran igualmente  al Clostridium perfringens tipo C como causante de la enfermedad en aves. Hoy día sabemos que existe otra toxina producida por el Clostridium perfringens tipo A, la cual está involucrada en la génesis del problema.


Imagen No. 2  Enteritis necrótica. Pollo de engorde de 13 días de edad. Presenta dificultad para pararse por inflamación de la articulación del tarso-metatarso. Las aves se remitieron por presentar  depresión y por haberse encontrado en  necropsias hechas en granja,  persistencia de saco vitelino y poliserositis. La historia es  la misma  que aparece  en la imagen No. 1 Al abrir la cavidad abdominal de las aves afectadas, se observó dilatación intestinal y aspecto oscuro de asas intestinales. En la fotografía de la derecha, se advierte desde la serosa, que hay un daño severo de la mucosa intestinal.
                                        
Consideraciones sobre el Género Clostridium:

  • El Clostridium perfringens es una bacteria anaeróbica (Aunque es relativamente aerotolerante) Gram positiva, en forma de bacilo, la cual puede esporular.  Es un organismo mesófilo que crece entre 37 y 45°C con temperaturas límites de crecimiento  de 20 y 50°C. Las esporas pueden permanecer en el medio ambiente y como contaminante de alimentos.
  • Forma parte de la flora intestinal de animales y humanos. Es uno de los patógenos bacterianos con mayor distribución en el medio ambiente, ya que puede ser aislado de muestras de suelo y de agua.
  • Está compuesto por aproximadamente 150 especies, filogenéticamente heterogéneas.
  • Algunos Clostridium son patógenos y causan enfermedades, principalmente por efecto de potentes toxinas extracelulares.
Imagen No. 3. Enteritis necrótica.  La fotografía de la izquierda corresponde a la misma de la derecha en la imagen No. 2.  Al  abrir el intestino, se observan  membranas  fibrino-necróticas formadas a partir del daño en la mucosa intestinal. La revisión de literatura indica que el daño de la mucosa intestinal de debe a la acción del Clostridium perfringens tipo A y sus toxinas alfa y NetB.
  • Entre las especies patógenas más conocidas del género Clostridium, se encuentran Clostridium botulinum, Clostridium tetani, Clostridium difficile y Clostridium perfringens.
  • La posible utilización de algunos Clostridium como armas biológicas en acciones de bioterrorismo ha incrementado el interés de muchos gobiernos en su estudio. Tal es el caso de algunas especies de Clostridium como Clostridium botulinum, considerado clase A por el Center for Diseases Control  CDC de los Estados Unidos, y de la toxina épsilon de Clostridium perfringens tipos B y D, que es considerada clase B por el CDC.
  • Clostridium perfringens, anteriormente denominado Clostridium welchii, es uno de los miembros del género Clostridium que ha sido objeto de renovado interés en el campo científico por sus características biológicas y su importancia biomédica. 
  • Uno de los tipos de Clostridium perfringens es igualmente responsable de causar la gangrena gaseosa: en esta infección, el Clostridium libera exoenzimas específicas (Fosfolipasas, hemolisinas, colagenasas y proteasas) que atacan las moléculas constituyentes de los tejidos animales, provocan la necrosis y putrefacción  del área infectada, acompañado el proceso por producción de gas.
  • Otras de las toxinas de Clostridium perfringens podrían ser usadas en el tratamiento de enfermedades, como transportadoras e internalizadoras de drogas en células procariotas (toxina iota) o en ciertas terapias antitumorales (enterotoxina). 
  • Las cepas de Clostridium perfringens pueden poseer una cápsula cuya composición de carbohidratos varía entre aislamientos; esto permite su serotipificación capsular.
  • En la actualidad, la tipificación con base en las toxinas es el método más difundido de clasificación de  Clostridium perfringens. Este método tipifica a la bacteria en cinco tipos: A, B, C, D y E,  según la producción de las toxinas alfa, beta, épsilon y iota.
  • No obstante, la virulencia de Clostridium perfringens se debe no solo a estas cinco toxinas, sino también a una variedad de toxinas proteicas, 15 determinadas hasta el momento.
  • Dentro del resto de las toxinas no utilizadas en la clasificación, pero importantes desde el punto de vista patológico, se encuentran:

-       La enterotoxina de Clostridium perfringens, responsable de diarreas en humanos y animales.
-  La recientemente descubierta toxina NetB, relacionada con la enteritis necrótica en aves.
-    La toxina beta-2, aparentemente asociada a ciertos cuadros de enteritis

Imagen No. 5. Enteritis necrótica. Pollo de engorde de 13 días de edad.  El corte histológico (Hematoxilina-Eosina, 4X, 20X y 40X respectivamente) está  hecho a partir de un muestra del área afectada que aparece en la imágen No. 3. En la secuencia de fotografías, se observa necrosis de la mucosa del intestino delgado con proceso inflamatorio de los estratos muscular y seroso de la pared intestinal. Hay inflamación  crónica activa con necrosis y pérdida de diferenciación  y delimitación de los diferentes estratos.

La mejor revisión sobre toxinas del Clostridium perfringens se encuentra en la Revista Argentina de Microbiología (2009) 41: 251-260. Sus autores son W.E. Morris y M.E. Fernández-Miyakawa del  Instituto de Patobiología del Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias, Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. De acuerdo con la revisión de los doctores Morris y Fernández-Miyakawa:

  • Durante mucho tiempo la evidencia acumulada hizo suponer firmemente que la toxina alfa producida por este tipo de Clostridium perfringens era la responsable de los principales signos de la enfermedad.
  • Todos los tipos de Clostridium perfringens poseen los genes codificantes para esta toxina; sin embargo, no todas las cepas la producen y existen grandes variaciones en las cantidades producidas.
  • Esta toxina tiene actividad enzimática, tanto de fosfolipasa (fosfolipasa-C) como de esfingomielinasa, además es hemolítica y dermonecrótica.
  • Un trabajo reciente en el cual a cepas aisladas de casos clínicos de infección con  Clostridium perfringens se les suprimió el gen de la toxina alfa, parecería aportar evidencia concluyente de que la toxina alfa no es esencial en el desarrollo de la enteritis necrótica.
  • La acción de la toxina alfa en el intestino de especies animales (con la excepción de las aves) es poco conocida.
Imagen No. 6. Enteritis necrótica.  Intestino delgado de pollo de engorde de 13 días de edad, proveniente de un lote de 22.000 aves de las cuales se remitieron cinco al laboratorio por presentar síntomas respiratorios. Enteritis necrótica  en este caso es un hallazgo de necropsia. Se observa formación de membranas fibrinonecróticas a partir de  necrosis de la mucosa. En algunas partes lesionadas, al tratar de desprender las membranas, se produce hemorragias.
                                   
Se empezó a cuestionar a la alfatoxina como factor implicado en la enfermedad, cuando en una investigación se comprobó que cepas de la bacteria que causaban la enfermedad, producían bajos niveles de la toxina. Por ingeniería genética se consiguieron bacterias que no producían la toxina, sin embargo, los aislados bacterianos todavía seguían causando la enfermedad, lo que demostró que el desarrollo de la enteritis necrótica en aves no dependía de que Clostridium perfringens produjera una alfatoxina funcional.
En la investigación se  ha puesto de manifiesto que la proteína alfatoxina no es el factor clave de la enteritis necrótica, según se ha creído durante largo tiempo. Se ha detectado una nueva toxina, la NetB, que está relacionada con una elevada proporción de cepas virulentas de Clostridium perfringens, bacteria causante de la enfermedad. La investigación se ha llevado a cabo por la Universidad de Monash y el Centro de Investigación de la Commonwealth. Los resultados de la misma se han publicado en el Journal PLoS Pathogens.

En febrero de 2008, Keyburn y colaboradores comunicaron la existencia de la nueva toxina clostridial responsable de la enteritis necrotizante en pollos: la NetB. El gen de dicha toxina fue caracterizado a partir de cepas de Clostridium perfringens tipo A, aisladas del contenido intestinal de aves con esta enfermedad.

Estos autores reprodujeron la infección en aves libres de patógenos, a las que se les inoculó la toxina recombinante purificada o cepas que portaban el gen de la toxina o que carecían de éste. Sólo las aves que recibieron la toxina purificada o la cepa con la toxina desarrollaron enteritis necrotizante (Keyburn AL, Boyce JD, Vaz P, Bannam TL, Ford ME, Parker D,  et al. NetB, a new toxin that is associated with avian necrotic enteritis caused by Clostridium perfringens. PLoS Pathog 2008; 4: e26, 1-11).

Este descubrimiento permite un nuevo planteamiento en la etiología y la patogénesis de la enteritis necrótica en las aves, aunque después de este hallazgo, hay estudios que señalan como responsable de la enteritis necrótica a la alfatoxina del Clostridium perfringens tipo A.

El compromiso de la alfatoxina se demuestra en estudios experimentales con  vacuna   a base de alfatoxina de Clostridium perfringens tipo A:  inducen inmunidad en las aves a las cuales se les administra el biológico y los anticuerpos generados se transmiten a la progenie, en donde tiene una vida media de tres semanas.

En la revista Veterinary Microbiology  126 (2008) 37 – 382 hay una publicación hecha por Angelique J. Bárbara y colaboradores de acuerdo con la cual, Clostridium perfringens es capaz de inhibir el crecimiento de otras bacterias incluidos otros Clostridium e igualmente Clostridium de la misma especie perfringens, lo cual se debe completa o incompletamente a las bacteriocinas  (proteínas producidas por una cepa  y dirigidas contra otra cepa íntimamente relacionada con ella); otros factores que  determinan el hecho de inhibir el crecimiento de otras bacterias   son las características de adhesión  y multiplicación más rápidas de las cepas patógenas y la producción de toxinas específicas.

De acuerdo con lo que dice el artículo, prácticamente, el Clostridium perfringens, productor de enteritis necrótica, lucha con otras bacterias, entre ellas otras  cepas del mismo Clostridium y con bacterias de la flora normal, por la colonización del intestino.

A pesar de las investigaciones de Keyburn y colaboradores, todavía hay controversia sobre la importancia crítica de la toxina NetB producida por el Clostridium perfringens tipo A y la patogénesis de la enteritis necrótica en aves. La controversia se centra en que hay cepas de Clostridium perfringnes tipo A carentes del gen que codifica para esta toxina, aislados de pollos con enteritis necrótica, en investigaciones hechas en 2010.

Cuál es su concepto?

viernes, 17 de agosto de 2012

Buche penduloso o pendulante

Por: Bernardo Mejía Arango. M.V.Z.  M.Sc.
Fotografías e imágenes: Bernardo Mejía Arango. Protegidas por derechos de autor. Cualquier uso o reproducción debe contar con autorización previa.

Imagen No. 1  Buche penduloso. Las aves que se observan en las fotografías que componen la imagen, tienen 18 semanas de edad y vienen de un lote de 17.700 aves. Las aves fueron remitidas para examen de necropsia con las respectivas pruebas complementarias, por presentar "reacción respiratoria de manera muy esporádica" según el protocolo de envío de muestras. De acuerdo con la información remitida en el protocolo de envío de muestras, el Médico Veterinario no reportó la condición de buche penduloso.
En Gallus domesticus, el buche o ingluvis es una parte del estómago  el cual sirve como almacenamiento de los alimentos; en el buche de Gallus domesticus no se han encontrado glándulas y los únicos agentes que actúan sobre los alimentos son: el agua,  las secreciones de las glándulas salivales y el calor del cuerpo del ave.

En las aves, el buche almacena, humedece y ablanda los alimentos. El buche tienen mayor desarrollo en las aves  que se alimentan a base de granos y alimentos concentrados.

Anotaciones del Ingeniero Zootecnista Fernando Antonio Patiño, de Lima Perú, en una conocida página web: “El buche es un órgano de acumulación de alimento en donde se produce una previa adaptación del mismo antes de su ingreso hacia el estomago glandular (proventrículo) y el estomago muscular (molleja) El alimento en promedio permanece en el buche más o menos 1 hora. El pH de esta porción es ligeramente ácido entre 5 y 5,5

Las patologías del buche no son muy comunes y van desde las ocasionadas por un traumatismo (ingestión de algún objeto punzante o cortante) hasta las producidas por hongos del genero Candida spp. Estos hongos causan un retraso en el vaciamiento del buche por lo que a veces se puede ver agrandado. Es normal el agrandamiento del buche cuando las aves han estado en una restricción severa ya que compensan el consumo y aquí se acumula tanto alimento como agua”.

Imagen No. 2  Buche penduloso. No. de aves en el lote: 17.700. Edad de las aves:  18 semanas.  Las aves fueron remitidas al laboratorio por presentar "reacción respiratoria de manera muy esporádica" pero no se suministraron datos de morbilidad;  el  protocolo de envío de muestras no informa sobre la condición del  buche o  ingluvis, esta condición constituyó un hallazgo de necropsia.
El buche pendulante o penduloso es una de las patologías poco investigadas y ocurre ocasionalmente  en algunas aves de engorde y en aves de levante para  ponedoras.
El buche pendulante o buche penduloso tiene una incidencia muy baja en las explotaciones de pavos y pollos. En algunos lotes puede alcanzar una incidencia del 5%. Ocasionalmente se encuentra una alta incidencia en los lotes de aves de aves comerciales en la actualidad.

En realidad no existe  mucha información sobre la incidencia  de buche pendulante.

En la Revista de  Investigaciones Veterinarias del Perú (Vol. 20 No. 2 de 2009) se publica un trabajo en el cual  se estudió la tasa de mortalidad, eliminados y descartes de  dos líneas genéticas de pollos de carne; en este artículo, los autores (
María Francia M.; Eliana Icochea D.; Pablo Reyna S.; Edgardo Figueroa T.) encontraron  tasas de eliminación que variaron entre 0.28 y 0.56% en pollos de engorde de ambos sexos de dos líneas genéticas.

Se encontraron tasas de descartes que variaron entre 0.28 y 1.67% en pollos de engorde de ambos sexos de dos líneas genéticas la tasa de descartes presenta cifras más altas en este estudio. (No tengo claro  cuál es la diferencia entre tasa de eliminación y tasa de descartes).

Imagen No. 3  Buche pendulante.  Las fotografías corresponden a  aves del mismo grupo que se muestra en las imágenes Nos. 1 y 2
Rodolfo Cuestas Delgado, avicultor de Lima, Perú, afirma en una conocida página web, que ha tenido una incidencia del 4% en uno de sus lotes de pollo: “He tenido el mismo problema en un lote de pollos, aprox. el 4% de los pollos resultó con el buche agrandado, no sé si es por un problema sanitario, por la dieta o por un problema genético ya que es la primera vez que pasa en mi plantel”.

Imagen No. 4  Buche penduloso. Los buches o ingluvis de las dos fotografías corresponden a las dos aves de la imagen No. 3. La dilatación del buche puede llegar a tener entre aproximadamente 10 y 20 veces su tamaño normal.
En las aves severamente afectadas el buche está bastante distendido y lleno de alimento, partículas de cama y fluidos con olor desagradable. La mucosa del buche puede estar ulcerada. Las aves no dejan de comer pero como la digestión está alterada las aves  pierden peso y se adelgazan. Las aves finalmente mueren, las carcasas son decomisadas debido al mal aspecto de las mismas.

Imagen No. 5  Buche penduloso.  Aves de 18 semanas de edad. Las fotografías corresponden a los buches o ingluvis que se muestran en la imagen  No. 4.  Ambos órganos están bastante distendidos y llenos de alimento, partículas de cama y fluidos; el contenido tenía olor  a material fermentado.                                 
Las posibles etiologías del buche  penduloso son discutidas por  M. C. Peckham del  Department of Avian Diseases. New York State  Veterinary College Cornell University. Ithaca, New York, en un aparte de la octava edición del  libro Avian Diseases, denominado “Vices and miscellaneous  diseases and conditions”  (En realidad estas anotaciones aparecen desde la sexta edición, o quizá desde antes). El artículo dedicado al buche penduloso se denomina “Pendulous crop, turkeys”.

  • Se ha sugerido una predisposición hereditaria.
  • algunas características de la dieta, específicamente cuando se suministra cerelosa (dextrosa o glucosa en su forma cristalina anhidra  o hidratada obtenida a partir de almidones de cereales), crece el microorganismo Saccharomyces tellustris, el cual produce una gran cantidad de gas, se cree que es el causante de la expansión del buche; el artículo menciona que si se suspende la cerelosa , se detiene el crecimiento del Saccharomyces; algo similar sucede con el crecimiento de Candida en los buches de las aves afectadas.
  • Se ha sugerido igualmente el consumo de agua tibia o caliente como determinante del problema.
  • Se le atribuyen causas de origen genético.


  •  Esta anomalía parece obedecer a una distensión excesiva de la musculatura lisa del buche por el sobrellenado con alimento, causando ruptura de algunas fibras de elastina inmersas en las capas musculares del órgano.
  • Puede, además, haber una predisposición genética de algunas líneas que son más susceptibles que otras.
  • Casos esporádicos pueden estar relacionados con la parálisis del nervio vago.


Imagen No. 6.  Buche penduloso.  Pollo de engorde de 28 días de edad, procedente de un lote de 36.000 aves. El protocolo de envío de muestras no registra datos de morbilidad. Las aves (5) donde se incluyó el pollo que se observa en la fotografía, fueron remitidas para exámenes de laboratorio por presentar "ruido respiratorio con tres días de evolución", durante el episodio respiratorio murieron  360 aves. En el protocolo de envío de muestras no se hace relación a la presencia de buches pendulosos; probablemente en la granja no se había detectado el problema. La no detección a nivel de campo de casos como el de buche penduloso, hace que probablemente las tasas de incidencia no se hayan reportado. En estos lotes podrían hacerse observaciones a nivel de  planta de sacrificio para detectar la dimensión real del problema.

El Médico Veterinario Julio César Llamas Sánches, Médico Veterinario de Tamaulipas, México, opina en una reconocida página web (15/12/2005): "El buche penduloso es una enfermedad de etiología variable que se caracteriza por producir distensión y/o agrandamiento del buche, siendo los guajolotes (Pavos) más susceptibles a la enfermedad, también se presenta en pollos de engorde y gallinas de postura (Alrededor de  18 semanas de edad), el tratamiento con medicamentos no es efectivo ya que el único tratamiento es la remoción del buche mediante cirugía (Inglivectomía), este padecimiento es de carácter genético más  no  infeccioso",

Definitivamente, así  existan factores predisponentes genéticamente establecidos, existen causas determinantes, relacionadas con la alimentación. Encontré en este sentido, una publicación  hecha por M. Valdivié, M. Gabel, W. Hackl, K. Hidalgo, B. Rodríguez y M. Vaca del Instituto de Ciencia Animal, San José de las Lajas, La Habana, Cuba, de la Universidad de  Rostock, Germany y de la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo, Riobamba, Ecuador.

En el trabajo denominado “El sistema miel rica-soya en pollos de ceba”, se ejecutaron 3 experimentos entre los años 2003 y 2004 para identificar las principales fortalezas y debilidades del sistema de alimentación miel rica-soya ofertado a pollos de ceba desde los 18 días de edad hasta el sacrificio. Encontraron entre otras debilidades en el sistema de alimentación, el hecho de que  en ocasiones provoca buche penduloso.

Cuál es su concepto?


miércoles, 8 de agosto de 2012

Leucosis aviares: parte II. Leucosis linfoide. Virus A y B. Otro diagnóstico inespecífico.

Por: Bernardo Mejía Arango M.V.Z.  M.Sc.
Fotografías e imágenes: Bernardo Mejía Arango. Protegidas por derechos de autor. Cualquier uso o reproducción debe contar con autorización previa.
Créditos: Necropsias: Bernardo Mejía Arango M.V.Z.  M.Sc.; Luis Buitrago M.  M.V.Z.; Juan Alvear A.  M.V.Z.

En términos generales,  que un ave tenga lesiones de leucosis (Linfoide en este caso), no es más que una manifestación de infección con uno de los virus del grupo Leucosis/sarcoma de los retrovirus que infectan a las aves. De todos los virus de la relativamente amplia variedad de los virus de leucosis que afectan a las aves, cada uno produce más de un tipo de neoplasia, cuyos patrones de presentación macroscópica pueden ser: nodular, miliar, difuso o una combinación de formas y cuyas características histopatológicas tienen una buena diversidad de patrones morfológicos.

Imágen No.1 Leucosis linfoide. Hígado de gallina de 31 semanas de edad procedente de un lote de 35.900 aves de las cuales  se observaron 58 aves con signos respiratorios, causa por la cual fueron remitidas  cinco aves para examen de necropsia y complementarios. Llamó la tención la hepatomegalia (Hígado que se muestra en la foto) de una de las aves. La evaluación histopatológica mostró infiltracion  difusa en múltiples áreas del parénquima hepático, de células linfoides anaplásicas y pleomórficas altamente compatibles con leucosis linfoide (Centro y derecha, Hematoxilina-Eosina 20X y 100X respectivamente). En el lote no de registraron otros casos. El diagnóstico histopatológico es solo uno de los factores a tener en cuanta en el diagnóstico definitivo; se debe analizar el caso de acuerdo con lo que se enuncia en este artículo.
                            
Los casos que se presentan, tienen un diagnóstico histopatológico de leucosis linfoide,  pero para entender lo que se muestra en estos pocos casos, es necesario enunciar las premisas planteadas  por el doctor Guillermo Zavala en diferentes eventos y artículos generados por él, así que al igual que puede suceder con muchos de los diagnósticos en  los cuales se sobrevalora la histopatología como herramienta diagnóstica, deberían tener un seguimiento más estricto.

“Elaborar” un diagnóstico de leucosis linfoide aviar, al igual que en otras infecciónes con retrovirus  aviares, es una carrera de observación en la cual deben confluir varias  investigaciones. Entre otras cosas, se debe tener en cuenta si el caso tiene importancia epidemiológica, concepto este que se debe entender de conformidad con  las siguientes  observaciones:
  • El diagnóstico de los síndromes neoplásicos inducidos por los virus del grupo de las leucosis aviares es muy complejo y desafortunadamente muchos laboratorios de diagnóstico sobrevaloran ciertos métodos de diagnóstico.
  • La histopatología, por ejemplo, se ha tomado con frecuencia como una herramienta de diagnóstico conclusivo para la leucosis aviar.
  • Las pruebas positivas de PCR se interpretan errónamente como conclusivas.
  • Cada una de las pruebas es un elemento importante en el diagnóstico, pero no debe recurrirse a ellas en forma aislada.
  • Ningún patólogo debe proporcionar un diagnóstico etiológico con base en observaciones microscópicas en lo que se refiere a  leucosis aviar.
  • El diagnóstico preciso de leucosis requiere de un análisis clínico, examen microscópico de lesiones tumorales, detección molecular y aislamiento e identificación viral.
  • Solo en ciertas circunstancias  una o unas pocas  pruebas o metodologías de diagnóstico bastan para un diagnóstico final. Un diagnóstico de leucosis linfoide basados solo en histopatología corre un gran riesgo de malinterpretarse.
  • Algunas de las lesiones inducidas por el virus de la reticuendoteliosis son prácticamente indistinguibles de algunas de las lesiones inducidas por los virus de leucosis aviar, particularmente los virus de la leucosis aviar tipo A y B, los cuales son los señalados de producir la leucosis linfoide.
Los  datos puntuales anteriores son tomados de la conferencia “Epidemiología reciente y diagnóstico diferencial de enfermedades tumorales” presentada por el doctor Guillermo Zavala del Poultry Diagnostic and Research Center de la Universidad de Georgia, en el XII Seminario Internacional de Patología y Producción Aviar, Athens, Georgia,  26 al 30 de abril de 2010.

Infortunadamente en las escuelas de patología aviar se hace énfasis en las pruebas o técnicas de laboratorio y en su interpretación netamente puntual. No se enseña a interpretarlas en el contexto agente-huesped-medio ambiente o con el conocimiento integral de cada especie animal.

Imagen No. 2. Hígado (Izquierda) y bazo (derecha) de gallina de 40 semanas de edad, procedente de un lote de 12.500 aves. Cinco aves fueron remitidas para xamen de necropsia y complementarios debido a que algunas aves (60) estaban presentando sintomas respiratorios y el Médico Veterinario remitente quería que se investigara laringotraqueitis viral. La fotografías corresponden a órganos de una de las aves; es un hallazgo incidental y no había expansión del problema tumoral al resto de las aves del lote. En la serie de fotografías de la imagen siguiente (No. 3) se presentan los detalles histológicos de las tumoraciones que se observan en el hígado.

 El libro Avian Diseases, describre los tumores de la leucosis linfoide como  compuestos por una población de linfoblastos los cuales tienen núcleos grandes y vesiculares y con marginación de la cromatina, las membranas citoplasmáticas están no bien definidas y pueden tener uno o más nucléolos eosinofílicos. En la práctica, esta es una descripción simple si se tiene en cuenta la cantidad de patrones morfológicos que se pueden encontrar, solo en la leucosis linfoide.

Para hablar sobre los casos de lecucosis linfoide que nos ocupan en este artículo, debemos primero ubicarla en el contexto general de las leucosis y a su vez estas, en el contexto general de las enfermedades tumorales, a la luz de lo que escriben y publican los expertos en virología e histopatología. Estos conceptos ya fueron expuestos en el artículo sobre leucosis mieloide, anteriormente en este blog:

Los problemas tumorales en aves son originados principalmente por virus oncogénicos, pero también se presentan tumores espontáneamente en aves de edad avanzada. Los agentes infecciosos oncogénicos más importantes incluyen:

1. Virus de la enfermedad de Marek  (Herpesvirus).
2. Virus del grupo leucosis/sarcoma (Alfaretrovirus).
3. Retrovirus aviares asociados a la mieloblastosis aviar.
4. Virus de la reticuloendoteliosis aviar (Gammaretrovirus).

El virus de la Leucosis aviar  pertenece a la familia  Retroviridae, subfamilia Orthoretrovirinae,  Género Alfaretrovirus.
Los virus de la Leucosis aviar, de acuerdo con las glicoproteínas que componen la envoltura viral se clasifican 10 grupos así: A, B, C, D, E, F, G, H, I, J. De estos afectan a  Gallus domesticus: A, B, C, D, E y J. De estos, A, B, C, D y J son exógenos  y el E es endógeno.
Los términos endógenos y exógenos: hacen relación  con característica del genoma y a  la forma de propagación:
1-   Endógenos: son incompletos en su genoma, permanecen integrados al genoma de la célula huésped, no generan partículas virales y  no producen enfermedad clínica y por tanto no producen mortalidad. El subgrupo E es endógeno y todas las líneas genéticas de gallinas productoras de carne o huevo son portadoras del virus E, pero no inducen problemas clínicos o económicos.

2-   Los exógenos en cambio  son infecciosos, se eliminan en excreciones y secreciones y pueden inducir la formación de tumores debido a la transformación oncogénica de las células que infectan. Los subgrupos A, B, C, D y J son considerados exógenos
Los virus de leucosis de los subgrupos A y B tienden a inducir principalmente leucosis linfoide, pero también inducen potencialmente muchos otros tipos de tumores,  son los más comunes en algunas líneas de ponedoras comerciales.
El virus de la leucosis aviar tipo C nunca ha sido considerado un virus de importancia en aves comerciales, Las infecciones naturales con el virus de la leucosis aviar tipo C no han sido  reportadas en aves comerciales en varias décadas, pero fue originalmente descrito como un agente infeccioso en gallinas.

Los virus que pertenecen al grupo A de la leucosis aviar, son relativamente ineficientes en su replicación e infección, inducen anticuerpos, son transmisibles en forma vertical (Congénita) y no inducen tumores perceptibles en gallinas Leghorn hasta las 31 semanas de edad.

Los virus de leucosis aviar en general  pueden infectar una gran cantidad de tejidos y tipos de células. El virus de la Leucosis aviar se encuentra dentro de un grupo denominado virus Leucosis/sarcoma (Los 10 subgrupos de virus de leucosis aviar pertenecen a un grupo de virus aún más grande, este grupo se conoce como el grupo de virus de leucosis-sarcoma aviar el cual comprende tres subgrupos:

  1. El virus de leucosis propiamente dicho. a) Leucosis linfoide: afecta tejido linfoide b) Eritroblastosis: afecta las líneas celulares de las cuales se derivan los glóbulos rojos c) Mielocitomatosis: afecta los mielocitos.
  2. Virus de los sarcomas y neoplasias del tejido conectivo.
  3. Virus de neoplasias relacionadas.
Los virus de la Leucosis se pueden transmitir de forma  genética, congénita y horizontalmente.
Signos clínicos descritos: anorexia, adelgazamiento, palidez, muerte.  En la práctica estos signos clínicos no son de carácter diagnóstico, hasta tanto se encuentre el tumor al hacer la necropsia.                       
Imagen No. 3. Leusosis linfoide. Secuencia fotográfica de corte del hígado que se muestra en la imagen No. 2. Se aprecian infiltrados de células linfoides tumorales.
                                           
Las siguientes son  observaciones epidemiológicas y de carácter diagnóstico hechas por el doctor Guillermo Zavala del Poultry Diagnostic and Research  Center, Department of Population Health en  de la Universidad de Georgia presentadas en su conferencia “Métodos de diagnóstico para enfermedades tumorales y presentación de enfermedades mixtas con virus tumorales” dictada en  el Seminario de Enfermedades Neoplásicas, celebrado en Bogotá, Colombia el 06 de junio de 2007.
  • El virus puede ingresar por vía congénita desde las reproductoras o desde la generación anterior.
  • Las viremias pueden ser permanentes o intermitentes. Así que de un muestreo o de muestreos mútiples, depende que un lote sea declarado libre según el caso.
  • Las aves se pueden infectar en forma horizontal.
  • Vacunas infectadas pueden diseminar la infección.
  • Cuando se presenta un caso, hay que poner atención cuidadosa y determinar si se trata de un problema aconómico a nivel de parvada o si se trata de un hallazgo incidental.
  • Todas las parvadas comerciales de gallinas y pavos son sujetas a expresar tumores aunque sea en muy pequeña frecuencia (En aves individuales).
  • Al sospechar de brotes de enfermedad tumoral deben hacerse necropsias de múltiples aves muertas naturalmente o selecccionadas para tal fin.
  • Los lotes sospechosos deben muestrearse en por lo menos dos días separados para incrementar el criterio del personal que investiga el problema, y la oportunidad de encontrar un mayor número de muestras adecuadas.
  • El hallazgo de tumores sospechosos en una sola ave, no debe generar un dignóstico de enfermedad tumoral.
  • Es importante colectar muestras de los tumores sospechosos y de otros tejidos para hacer exámenes complementarios.
  • Una parte de los tumores deberá congelarse a la menor temperatura posible en forma indefinida para poder utilizar estos tumores para pruebas moleculares y/o de aislamiento viral si fuera necesario.
  • El resto de los tejidos deberán ser incluidos en exámenes histopatológicos, tengan o no evidencia de neoplasias.
  • Los tumores deben colectarse incluyendo tejido tumoral y por lo menos una pequeña parte del tejido aparentemente sano. Esto permitirá al patólogo una mejor evaluación de los tejidos sospechosos.
  • En muchas ocasiones los diagnósticos se deben hacer por exclusión, haciendo uso de las lesiones postmortem y de la histopatología, dependiendo de si en ellos se hacen pruebas de PCR.
  • El diagnóstico se facilita cuando se puede hacer aislamiento viral.
  • En general, en enfermedades neoplásicas, es necesario hacer un enfoque multidisciplinario para obtener el diagnóstico.
  • Aunque se pueden utilizar  pruebas de anticuerpos monoclonales para detectar marcadores celulares asociados a la infección con virus oncogénicos, muchos laboratorios  de diagnóstico no cuentan con estas metodologías.
A continuación se presenta una guía de las acciones y muestreos a seguir en caso de sospechar enfermedades tumorales:

1. Historia clínica.
2. Desempeño económico del (los) lote (s) afectado(s).
3. Exámenes postmortem.
4. Examen microscópico (histopatología). Incluir como mínimo (cualquiera que sea la enfermedad tumoral sospechada): encéfalo, nervios periféricos, tumores, proventrículo, bolsa de Fabricio, hígado, bazo, riñón, gónadas.
5. Detección molecular.
6. Serología.
7. Aislamiento y caracterización viral.

La complejidad del diagnóstico de leucosis linfoide (y de otras leucosis) no obstante los avances en técnicas de diagnóstico incluyendo  técnicas de biología molecular, queda de manifiesto, de acuerdo con lo expuesto en  la conferencia “Epidemiología reciente y Diagnóstico de las enfermedades tumorales” presentada por el doctor Guillermo Zavala en el XII Seminario Internacional de Patología y producción Aviar”  celebrado en Athens entre el 26 y el 30 de abril de 2010:
Acerca del diagnóstico diferencial:

  1. Requiere de un enfoque multidisciplinario distinto al requerido para el diagnóstico de otras enfermedades.
  2. No siempre es posible diferenciar los linfomas inducidos por los virus causantes de la enfermedad de Marek, de la leucosis y la reticuloendoteliosis.
  3. Pueden coexistir infecciones con uno o varios de los tres grupos (Marek, leucosis, reticuloendoteliosis)
  4. Debe recurrirse a métodos de detección molecualr mediante secuenciación y análisis de genes que permitan diferenciar los distintos serogrupos de virus de leucosis aviar exógenos y la diferenciación o discriminación de virus de leucosis endógenos (Que viven en la  población sin causar problema) y que dan falsos positivos.
  5. Debe demostrarse que el problema afecta a una población grande de aves.
  6. Debe asilarse el virus de leucósis aviar exógeno.
Imagen No. 4. Se observa  a la izquierda el aspecto macroscópico de un bazo de un pollita de cría  y levante para ponedora, de dos semanas de edad, de un lote de 140.000 aves de las cuales  se remitieron algunas al laboratorio para ivestigar síntomas respiratorios con aerosaculitis. Las imágen macroscópica hizo pensar que se trataba de una neoplasia. La evaluación histopatológica muestra que microscópicamente corresponde a una inflamación crónica  piogranulomatosa. A pesar de  la inespecificadad de las técnicas de diagnóstico para  leucosis aviares cuando los  resultados se toman en forma individual, con frecuencia permiten emitir resultados concluyentes.
                                           
La incidencia de diagnósticos erróneos de “Leucosis linfoide” en casos de Marek o de Reticuloendoteliosis es alarmante y ha resultado incluso en litigios injustos cuando los diagnósticos (erróneos) se basan exclusivamente en observaciones histopatológicas de unos cuantos tumores provenientes de unas cuantas aves.

Así que  creo que de nuevo se tiene  ante el Médico Veterinario de campo y ante el Médico Veterinario de  laboratorio, una carrera de observación en la cual se debe  construir un diagnóstico  partiendo de una lista de pistas, más o menos abundantes según la capacidad de observación de uno y de otro y de la disponibiliad de pruebas  complementarias, ya que la histopatología, de acuerdo con lo expuesto, es solo el punto de partida en el diagnóstico definitivo, es decir el diagnóstico histopatológico no es específico, como no son específicas otras pruebas en forma aislada.

Cuál es su concepto?